John Z. DeLorean: del éxito al escándalo

El DeLorean, sin temor a equivocarme, es, junto con el Batimóvil, uno de los autos más famosos del cine y de la cultura geek. En 1985 salió a la pantalla grande la película Volver al Futuro, donde Michael J. Fox y Christopher Lloyd protagonizaban una historia de ciencia ficción a bordo de un DeLorean.

La cinta, en su momento, causó furor: fue la película más taquillera de ese año, recaudando $381 millones de dólares, una cifra impresionante considerando que tuvo un presupuesto de tan solo $19 millones. Las escenas brillaban por sí solas, pero el DeLorean, ¡vaya auto!, combinaba perfecto con la atmósfera de la película. La historia de cómo nació este coche es impresionante, al igual que la vida de su creador: John Z. DeLorean.

John Z. DeLorean nació el 6 de enero de 1925 en Detroit, Michigan. Su papá era un inmigrante de Rumania que llegó a instalarse en la ciudad de Detroit, en una zona donde había una comunidad rumana, mientras que su madre era una inmigrante húngara. Su padre entró a trabajar en Ford en el área de fundición, por lo que su niñez transcurrió en una de las ciudades más prósperas de Estados Unidos y rodeado de automóviles. Sin embargo, vivió su infancia al lado de un padre alcohólico y con pocas ambiciones en la vida. Su escasa formación y la dificultad con el idioma no le permitieron avanzar en la compañía, situación que afectaría a John toda su vida y que tal vez fue consecuencia de muchas de sus decisiones.

Era un buen estudiante, incluso podría decirse que un estudiante modelo. Estudió ingeniería industrial en el Lawrence Institute of Technology; sin embargo, la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus estudios, graduándose hasta 1948 en ingeniería mecánica. Más adelante, en 1952, obtuvo una maestría en ingeniería automotriz en el Instituto Chrysler y se unió al equipo de ingeniería de Chrysler.

Empezó su carrera en Chrysler y, tan solo un año después, trabajó en Packard. Su entrada a las grandes ligas se dio en 1956 cuando ingresó a General Motors, donde desempeñó labores creativas para reactivar la división de Pontiac.

Pontiac GTO 1964

En ese momento, él pensaba que GM fabricaba autos para ricos que no sabían manejar, mientras que los jóvenes de clase media, quienes realmente sabían conducir, no podían adquirirlos. Entonces, vio un nicho de mercado y tuvo la siguiente idea: usar el modelo Tempest como base, colocarle un V8 poderoso y llenarlo de distintivos "al estilo europeo" y con ello creo -el hoy célebre y famoso- Pontiac GTO de 1964. Sin saberlo DeLorean se convertiría en el padre del Muscle Car, un término que se aún se usa en el primer cuarto del Siglo XXI.

Después de ese éxito, fue ascendido a Gerente de División en 1965 y continuó avanzando en la compañía. DeLorean empezó a gozar de la vida de ejecutivo de alto nivel: se le conocía por su gran personalidad y su porte al vestir. Se dice que DeLorean sufría una crisis de la mediana edad, viviendo una vida juvenil que se evidenció aún más cuando se realizó cirugías estéticas. Viajaba constantemente y empezó a desenvolverse en el medio de Hollywood, consolidando su imagen como empresario.

A sus 40 años, se había convertido en el jefe de división más joven de GM y, tras liderar proyectos como el Firebird de 1967 y el nuevo modelo del Grand Prix de 1969, fue ascendido a la división de Chevrolet.

El siguiente paso natural era llegar a la presidencia; sin embargo, debido a problemas internos y a la poca libertad que tenía en la empresa, decidió dejar GM en 1973.

DeLorean tenía una nueva idea para un automóvil, algo único que jamás se había visto: un deportivo de su propia categoría. En esa época, la Guerra del Medio Oriente bloqueaba el petróleo hacia Estados Unidos y la industria automotriz estaba por derrumbarse. Era el momento en el cual preocupaban tanto la eficiencia de la gasolina como el medio ambiente, y DeLorean supo aprovechar esa oportunidad.

El DMC-12, como se llamaba el auto, sería un coche de carreras, amable con el medio ambiente y construido con materiales que duraran toda la vida (su carrocería era de acero inoxidable).

John ya tenía el concepto hecho, así que realizó una gira de promoción para conseguir inversionistas. Se presentó en la Feria Automotriz de Nueva Orleans de 1978, donde trató de impresionar a los inversionistas para que aportaran 25 mil dólares cada uno y realizó visitas a distintos concesionarios del país para promoverlo. Consiguió 350 concesionarios y órdenes por 30 mil autos, pero no eran órdenes formales y no contaba con el suficiente dinero: ni siquiera la mitad. Se requerían aproximadamente 200 millones de dólares para construir la fábrica y producir el auto.

Entonces llegaron rumores de que el gobierno de Irlanda buscaba proyectos en los cuales invertir. El gobierno se mostró muy interesado, pero la IDA, institución encargada de la expansión de inversiones en Irlanda, investigó y descubrió que las 30 mil órdenes de automóviles no eran formales, por lo que no concretaron el trato.

Pero no todo estaba perdido: aún quedaba Irlanda del Norte. Ahí solicitó la inversión y, sin investigar si las órdenes eran oficiales, le otorgaron a DeLorean 84 millones de libras para construir su fábrica y producir el auto en Belfast, capital de Irlanda del Norte.

Es crucial mencionar el contexto político que vivía Belfast en ese momento: en 1978 estaba en medio de una guerra civil entre protestantes y católicos. Era una zona peligrosa, pero DeLorean no puso atención a ese gran detalle e instaló la fábrica justo en medio de las dos comunidades. El alto desempleo empeoraba el panorama, por lo que DeLorean fue visto como un héroe, ya que la fábrica traería algo de prosperidad y empleo a la zona.

Delorean y su esposa Cristina Ferrare

La fábrica de DeLorean fue catalogada como un verdadero experimento social: protestantes y católicos, que no se mezclaban ni siquiera en las escuelas, debían trabajar juntos. Fue un reto operativo y logístico lograr que no hubiera incidentes entre empleados, convirtiéndose en un espacio de integración.

Con la fábrica en pie, aún quedaba un gran problema: el coche solo era un prototipo, no funcional. El contrato con el gobierno británico estipulaba que, en un lapso de dos años, debía llegar al mercado estadounidense, ¡algo que normalmente tomaba más de 10 años!

Fábrica en Belfast

Para ello, reunió a un equipo de ingeniería, dejando la responsabilidad en manos de Colin Chapman, fundador de Lotus. El problema fue que DeLorean ya contaba con Bill Collins, ingeniero que había diseñado el prototipo, pero Chapman lo relegó a tal grado que Collins decidió retirarse.

Ese fue el inicio de muchos problemas que terminaron con el cierre de la fábrica.

Colin Chapman

John DeLorean necesitaba aproximadamente 54 millones de libras para hacer el coche funcional y rentable, pero al finalizar el primer año del proyecto, el dinero ya se había agotado. Bajo mucha presión, surgió un hecho que le cayó como anillo al dedo: un preso que estaba en huelga de hambre —habitante de la zona donde estaba la fábrica— murió, desatando manifestaciones en Belfast que terminaron incendiando parte de la planta. Esto le permitió solicitar recursos extra: aunque los daños se calcularon en 450 mil libras, se solicitaron 14 millones.

La empresa ya había solicitado recursos anteriormente, pero el gobierno de Margaret Thatcher tenía una visión más conservadora respecto a inversiones como la del DMC-12.

Contra todo pronóstico, terminaron el primer auto en 28 meses: después de dos años encendieron el primer motor.

Sin embargo, todo volvió a salir mal. DeLorean seguía con su vida de lujos y utilizaba dinero de la empresa. No contaba con que su secretaria guardaría documentos y correspondencia que luego filtraría a la prensa, acusándolo de estafar al gobierno británico. Aunque se realizó una investigación, la fiscalía no encontró pruebas suficientes para acusarlo de malversación de fondos.

A pesar de la polémica, el primer lote llegó a Estados Unidos. Los concesionarios planeaban comprar 75 autos por dos años; algunos los vendían a mil dólares, pero en zonas como Beverly Hills llegaban hasta los diez mil.

Para 1981, ya debían haber producido las 30 mil unidades prometidas, pero solo se habían fabricado 9 mil y vendido 3 mil. Muchos autos se quedaron en bodegas, empezaron a surgir rumores de mal funcionamiento en las puertas y nadie quería un auto defectuoso. El dinero se acababa y la empresa estaba en crisis.

El gobierno británico ya no quería seguir invirtiendo en una empresa sin rumbo. Sin fondos para mantener a todos los empleados, despidieron a la mitad. DeLorean emprendió entonces la búsqueda de inversionistas.

Encontró una banquera dispuesta a invertir 10 millones de dólares, pero eso implicaba perder el control de la empresa. DeLorean se negó a firmar los documentos y viajó a California.

Allí llegó su momento canónico: en 1982 fue arrestado y acusado de traficar cocaína para salvar su empresa.

La fábrica cerró. Todos los empleados perdieron su trabajo y la comunidad de Belfast quedó devastada.

El caso fue mediático y salieron a la luz otras malversaciones cometidas junto con Colin Chapman: se detectó la transferencia de 18 millones de libras a una empresa fantasma que, a su vez, desvió la mitad a cuentas personales de DeLorean. Del resto del dinero, nunca se supo el destino.

Todos creían que DeLorean sería declarado culpable, hasta que se filtraron los videos de su detención: fue una trampa. Un vecino informante le había ofrecido el negocio para atraparlo.

Momento en el Delorean es arrestado por el FBI

Dos años después, DeLorean fue declarado inocente: la fiscalía determinó que no hubo intención delictiva, sino que cayó en una trampa. Si el informante no hubiera hecho la propuesta, él no habría traficado drogas.

John DeLorean nunca se recuperó de esa acusación. Vivió modestamente, afectado física y emocionalmente. Se divorció y, en sus últimos años, se dedicó a vender relojes por internet.

DeLorean murió en 2005, aún soñando con crear una nueva compañía automotriz.

Janis Joplin y su Porsche 356: símbolo del movimiento hippie

Los años 60 fueron tiempos en los que los conflictos bélicos siguieron siendo el pan de cada día y tema de conversación en las páginas de periódicos y programas de opinión de Estados Unidos. En una sociedad donde la cultura de la guerra y el totalitarismo político eran normalizados, un movimiento contracultural trataba de rebelarse contra el sistema.

Los jóvenes estadounidenses encontraron en el movimiento hippie una ideología de paz, libertad y amor colectivo, todo lo contrario al autoritarismo, la violencia y el conservadurismo que se vivía en ese momento en EUA. El movimiento hippie no solo se introdujo como una filosofía de vida basada en la austeridad, la espiritualidad y la libertad del individuo, sino también en todo lo que producía: el arte, la música, la moda, etc.

La música vivió su momento de mayor experimentación con el rock y la fusión con el blues y el soul. Fue la época en la cual el rock psicodélico revolucionó la música con grandes representantes como Jim Morrison o Janis Joplin.

Una de las últimas canciones que grabó Janis antes de morir fue "Mercedes-Benz", en donde imploraba que le compraran un Mercedes-Benz. Pero, en la realidad, Janis no quería un Mercedes, sino un Porsche, y vaya que lo consiguió: en 1968 se hizo dueña de un Porsche 356 C 1600 SC Cabriolet.

El Porsche era un modelo de 1964, color blanco perla, que adquirió por 3,500 dólares. Pero era Janis, la bruja cósmica, y tenía que imprimir su estilo, así que le pidió a su amigo y mánager, Dave Richards, que le diera personalidad al Porsche.

Richards, con los 500 dólares que le había dado Janis para dicho fin, plasmó en el Porsche 356 un mural que llamó "La historia del universo". La obra de arte psicodélica tenía detalles artísticos bastante peculiares: mariposas, medusas, montañas, paisajes y hasta un retrato de Janis y su banda.

El coche se había convertido ya en un símbolo hippie y en todo un Art Car psicodélico. Janis lo usaba muy a menudo; según su hermana, lo utilizaba para viajar de San Francisco a Los Ángeles cuando le tocaba grabar allí. Todo el mundo podía reconocer el automóvil en cuanto lo veía, por lo tanto, Janis no pasaba desapercibida.

Al año siguiente, en 1969, el auto fue robado y el ladrón lo pintó de gris; sin embargo, fue recuperado y restaurado. Se logró quitar la capa de pintura sin dañar el mural de Dave.

El Porsche 356 acompañó a Janis hasta su partida el 4 de octubre de 1970. Su amigo John Cook lo encontró estacionado afuera del hotel donde la bruja cósmica falleció.

A la muerte de Janis, el auto tuvo muchos dueños. Su mánager lo condujo por un tiempo, estuvo expuesto en el Salón de la Fama de Cleveland durante 1995 y, finalmente, en 2015 fue subastado por 1.5 millones de dólares.

Como dato curioso, la canción Mercedes-Benz se ha utilizado en algunas ocasiones en anuncios de automóviles. Mercedes-Benz la usó en un comercial en 1995 y BMW la utilizó para el comercial del BMW Z3.

Lee A. Iacocca, el hombre detrás del Ford Mustang

Pocas figuras en la industria automotriz llegan a ser líderes y visionarios natos. El caso de Lee A. Iacocca es extraordinario por donde lo mires. ¿Sabías que fue el responsable del Ford Mustang y de salvar de la ruina a Chrysler? Su historia es una de las más admirables en la historia del automóvil.

Lido Anthony Iacocca, de origen estadounidense y ascendencia italiana, nació un 15 de octubre de 1924. Creció con la influencia de su padre, quien amaba los automóviles y fue uno de los primeros en manejar y tener un Ford Modelo T en su vecindario.

Aunque no tuvo una vida de lujos, pues su familia perdió todo durante la Gran Depresión, Iacocca logró culminar sus estudios universitarios en Ingenieria en la Universidad de Lehigh en tres años y realizó una maestría también en ingeniería en Princeton.

A los 22 años, en 1946, Ford le dio la oportunidad de ingresar a la compañía como aprendiz de ingeniería. Tiempo después, desempeñó un papel importante en el área de marketing y ventas, siendo gerente de zona en Wilkes-Barre, Pensilvania.

En 1956, las ventas de su zona no eran las mejores. ¿Qué hizo Iacocca? Crear la campaña "56 por 56". La estrategia consistía en que el cliente se llevara un Ford 1956 con el 20 % de enganche y posteriormente pagara una mensualidad de 56 dólares. Esta campaña logró que su distrito, que estaba en el último puesto de ventas, subiera al primer lugar. Posteriormente, su idea se implementó a nivel nacional.

Su carrera en Ford empezaba a consolidarse. En 1960, lo nombraron director de Ford Motor Company, donde Iacocca consideraba que vivió la época más feliz de su vida. Como director de división, tuvo grandes proyectos, y el Mustang fue el mayor de sus logros.

A principios de los 60, Ford quería un automóvil distinto, un vehículo deportivo con capacidades dinámicas y, además, que fuera ligero. El proyecto fue liderado por Lee Iacocca, quien, en tan solo 18 meses, junto con su equipo, logró desarrollar el vehículo.

El deportivo, bautizado como Mustang, salió a la luz el 17 de abril de 1964 en la Feria Mundial de Nueva York, y pronto todas las concesionarias estaban abarrotadas de clientes. Un logro que catapultó a Iacocca a la presidencia de Ford Motor Company en 1969.

A pesar de que contribuyó a que la empresa mantuviera su crecimiento económico, sorteando varios obstáculos como la crisis del petróleo, la rivalidad con Henry Ford II y la mala ejecución del proyecto del Ford Pinto propiciaron un lamentable despido en 1978.

Aunque el despido fue sorpresivo, no tardó mucho tiempo en encontrar trabajo. Lee ya tenía un nombre bastante bien posicionado en la industria, y otras marcas automotrices buscaban su talento como estratega.

En ese momento, Chrysler estaba sufriendo una de sus tantas crisis. Estaban a punto de declararse en bancarrota, pues sus pérdidas ascendían a 160 millones de dólares de aquellos años. La compañía estaba en números rojos, Iacocca no dudó en aplicar todo su conocimiento y experiencia para intentar salvarla.

Su plan de trabajo incluyó la toma de decisiones bastante duras, como cerrar varias plantas de producción y vender la fracción europea de Chrysler a Peugeot. Esas tácticas no fueron suficientes, por lo que tuvo que convencer al gobierno federal de Estados Unidos para que les concediera préstamos de varios millones de dólares.

Afortunadamente para Lee y Chrysler, estas medidas, sumadas a las innovaciones en algunos modelos de producción, como la introducción del Dodge Aries, el Plymouth Reliant, la Minivan de Chrysler y la serie K de automóviles de tracción delantera, tuvieron el éxito esperado y la empresa logró salir a flote.

En 1992, tras varios años en Chrysler, donde además se hizo famoso por la frase "Si encuentra un coche mejor, cómprelo", popularizada en los comerciales de la marca, Lee A. Iacocca se jubiló.

Tras su retiro, se convirtió en escritor y filántropo. Finalmente, el 2 de julio de 2019, falleció debido a complicaciones del Parkinson que padecía.

¡Un verdadero Crack!

Nuccio Bertone, el diseñador que impuso tendencias y mucho estilo

El diseño automotriz italiano está lleno de figuras que marcaron tendencia y redefinieron la industria durante el siglo XX. Uno de ellos fue Nuccio Bertone.

Nuccio nació el 4 de julio de 1914 en Turín, Italia. Tuvo la fortuna de nacer en una familia con tradición automovilística. Su padre, Giovanni Bertone, trabajó en una fábrica de ruedas para carruajes y, en 1912, fundó la Carrozzeria Bertone en Borgo San Paolo, un barrio de Turín.

El pequeño Nuccio, rodeado de los asuntos del negocio de su papá, creció con un gran entusiasmo e interés en los automóviles. A la edad de 19 años, comenzó a trabajar en el negocio familiar, inclinándose por el área de diseño.

A Nuccio le tocó una época complicada en la fábrica, marcada por períodos entre guerras que debilitaron las arcas financieras de la empresa, pero aprendió mucho durante el proceso. Durante una temporada, de 1946 a 1952, participó en carreras automovilísticas, primero en espacios abiertos, que incluyen montañas, y después en circuitos cerrados. Sus participaciones no fueron solo por hobby o casualidad; las carreras le ofrecían a Nuccio conocimientos sobre la aerodinámica del automóvil, la distribución del peso y el chasis, aspectos que tomaba en cuenta para realizar sus diseños.

Después de la Segunda Guerra Mundial, su padre le cedió las riendas del negocio familiar. Bajo el mando de Nuccio, la empresa tendría un giro de 180 grados. Bertone pensaba que el modelo que implementaba su papá en la compañía era bastante anticuado y que sus clientes eran pocos.

Lo que Nuccio hizo fue poner en marcha su nueva estrategia, a pesar de que uno de los jefes de FIAT le había dicho que se retirara, que buscara otra forma de subsistir porque el negocio de las carrocerías estaba acabado. Contra todo pronóstico y para no defraudar a su padre, invirtió en tecnología para modernizar la producción de las carrocerías y, además, contrató a diseñadores jóvenes y talentosos para inyectar nuevas ideas a sus diseños. Uno de esos diseñadores fue Giorgetto Giugiaro.

Giorgetto Giugiaro

Durante el Salón del Automóvil de Turín de 1952, Nuccio presentó dos carrocerías MG, de las cuales recibió 200 solicitudes de pedido. La popularidad de Bertone creció y ayudó a que se concretara una alianza con Alfa Romeo para el diseño y producción del Alfa Romeo Giulietta Sprint, que, de las 1000 unidades que se tenían previstas, terminó fabricándose en 40,000.

Alfa Romeo Giulietta Sprint

La década más fructífera para Nuccio Bertone fue la de los 60. Consiguió grandes contratos con Alfa Romeo y Fiat, con quienes colaboró para el Fiat Dino Coupé y el Alfa Romeo Giulia Sprint GT. También diseñó modelos más exclusivos, como el Gordon-Keeble GK1, Maserati 5000 GT o Aston Martin DB4 GT ‘Jet’. En 1966 trabajó en conjunto con Lamborghini y marcó tendencia con el Lamborghini Miura. Este modelo colocó a la marca en la élite del automovilismo deportivo.

Lamborghini Miura

La creación de modelos icónicos continuó en la siguiente década. En 1973, el Lancia Stratos salió a la luz, convirtiéndose en el rey de los rallys de la época, ganando 3 Campeonatos Mundiales de Rallys consecutivos. Además, siguió trabajando para FIAT y Lamborghini, con quienes colaboró en el deportivo Fiat X1/9 y el Lamborghini Countach.

Lancia Stratos

En las décadas siguientes, trabajó con una variedad de marcas, desde las más exclusivas hasta las más comerciales, como Citroën, Volvo y Mazda. Además, no se limitó a coches de producción, sino que también creó cientos de prototipos para Alfa Romeo, Chevrolet o Lamborghini.

Fiat Dino Coupé

Con los años, aunque ya era mayor, no dejó su trabajo ni su pasión. Nuccio ya no era muy activo en el diseño, pero aún seguía dando consejos y retroalimentación a los demás diseñadores para conservar la filosofía de la compañía: producir carrocerías de automóviles en las que se impusieran las tendencias de estilo.

Nuccio Bertone murió a los 83 años de edad en 1997, pero nadie olvida su gran aporte al diseño automotriz. En 2005 ingresó al Salón de la Fama del Automóvil.

Battista Farina, el más grande entre los diseñadores. 

Battista Farina nació el 2 de noviembre de 1893 en Cortanze d'Asti, Italia. Fue el undécimo hijo de la familia, por lo que se ganó el apodo “Pinin”, que significaba “el más pequeño”.

Un joven carrocero

Aunque aún era muy joven, a los 11 años empezó a trabajar en el taller de carrocerías de su hermano Giovanni, llamado Stabilimenti Farina. Pronto, Pinin desarrolló un talento nato para el negocio de las carrocerías y, con tan solo 18 años, tuvo la oportunidad de diseñar un radiador para el Fiat Zero.

Cuando tenía 25 años, emprendió un viaje a Estados Unidos para aprender diseño. En ese viaje, conoció a Ford, quien se interesó mucho en el joven Pinin, pero él tenía otros planes: abrir su propia casa carrocera.

Pininfarina emprendedor

Gianni Agnelli de FIAT y Pininfarina

En 1930, abandona la compañía de su hermano para emprender su propio negocio. En conjunto con sus socios, una tía rica y, ni más ni menos, que Vincenzo Lancia, fundó la fábrica en Corso Trapani, en Turín. Su taller comenzó con 90 empleados y pronto empezó a construir y diseñar de 5 a 10 carrocerías con líneas de diseño únicas y totalmente artesanales.

Farina se empezó a dar a conocer en el medio, dejando sus tarjetas de presentación donde pudiera, y comenzó a colaborar con marcas como Lancia, Alfa Romeo, Fiat, Cadillac y Mercedes.

Al finalizar la década de los 40, su taller ya tenía unos 5,000 empleados y producía aproximadamente 800 automóviles. La II Guerra Mundial lo detuvo todo, pero al año siguiente de finalizado el conflicto bélico, Farina volvió al juego y, en 1947, produjo el Cisitalia 202 coupé, un automóvil con toda la intención de competir con Ferrari y Alfa Romeo.

El diseño del Cisitalia marcó un precedente en el diseño automotriz. En 1951, fue expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y se presentó como "Uno de los ocho coches más notables de nuestro tiempo". Fue el coche que puso los estándares para los automóviles después de la guerra.

Cisitalia 202 coupé

Sus 20 años de trabajo lo colocaron en la cima del éxito automotriz. Colaboraba con Ferrari y Alfa Romeo, y además consiguió un contrato con Nash Motors para rediseñar el Ambassador y trabajar en el deportivo Nash-Healey, que se ganó el tercer puesto en las 24 horas de Le Mans. No fue poco, pues fue la primera vez que un carrocero europeo trabajaba con una marca estadounidense.

Nash-Healey

Para 1961, ya todo el mundo lo conocía como Pininfarina, por lo que el gobierno italiano en turno aceptó la solicitud de Battista de cambiar oficialmente su apellido a Pininfarina. Tras su gran aporte a la industria automotriz italiana, el gobierno le otorgó ese privilegio como un signo simbólico de gratitud.

Aunque Pininfarina amaba su trabajo, en sus últimos días decidió dedicarse a viajar y disfrutar de la vida. En 1961, cedió la compañía a su hijo Sergio y a su yerno Renzo Carli.

1600 Duetto para Alfa Romeo

El último auto que supervisó fue el 1600 Duetto para Alfa Romeo.

Pininfarina murió a los 73 años de edad el 3 de abril de 1966, un hombre que se preocupaba mucho por los detalles, porque él solía decir: “Sobre todo, debe ser hermoso.”

Harley Earl, el padre de los concept cars

Si de dioses del diseño automotriz hablamos, Harley Earl sería uno de ellos, no solo por sus ideas innovadoras para su época, sino porque es considerado como uno de los primeros en diseñar un concept car.

Harley J. Earl nació el 22 de noviembre de 1893 en Hollywood, en la ciudad de Los Ángeles. Como muchos personajes de la industria, vivió en un contexto donde los coches (en ese tiempo, carruajes) eran el pan de cada día. Su padre había fundado una tienda de carruajes y herrería en 1889 y se había casado con una mujer de una familia respetada y adinerada de la ciudad, Abbi L. Taft.

Un joven Harley Earl

Herencia de familia...

En 1908, su padre fundó Automobile Works, una empresa dedicada a personalizar carrocerías de automóviles. Tal vez motivado por la profesión de su padre, Harley fue encaminándose cada vez más hacia su futura carrera. Su hermano Art, cuenta que Harley comenzó a diseñar automóviles con arcilla:

"Comenzó a diseñar automóviles con arcilla en ese entonces, arcilla que sacaba de la tierra. Tomaba un gran trozo de arcilla y lo trabajaba hasta obtener el tipo de automóvil que quería".

Pero esos autos no eran los típicos de aquellos años, sino que estaban inspirados en el futuro, con diseños mucho más redondeados.


Cuando creció, Earl comenzó a ayudar a su padre en el negocio y se enfocó tanto en sus diseños que abandonó la Universidad de Stanford para dedicarse por completo a su pasión. Entre sus clientes se encontraban familias adineradas de la zona, el magnate petrolero Edward Doheny y estrellas del cine de Hollywood como Roscoe "Fatty" Arbuckle.

El más famoso de Hollywood...

El arte de Earl comenzó a ser muy codiciado; sus personalizaciones podían llegar a costar hasta 28,000 dólares de la época, estableciendo un nuevo récord de precio para un automóvil. Para este punto, Don Lee, distribuidor exclusivo de automóviles Cadillac en la costa oeste, se fijó en el joven Harley y terminó comprando la empresa de su padre.


La jugada de Lee era mantener a Harley como su diseñador. Ambos hicieron una buena dupla: Harley con su talento para el diseño y Lee con su visión para los negocios y su amplia cartera de clientes. Juntos lograron producir entre ¡200 y 300 carrocerías personalizadas al año!

En 1923, el futuro de la industria automotriz aún era incierto, pero Harley tenía proyectos a largo plazo. Su visión era vender a gran escala sus diseños personalizados, una propuesta que presentó a Alfred y Lawrence P. Fisher, de Fisher Body:

"Los autos que diseño para estrellas de cine y millonarios pueden salir de todas las líneas de ensamblaje de GM en producción en volumen en el futuro".

Harley llega a General Motors...

Al año siguiente, se mudó a Detroit y comenzó a asesorar a Lawrence P. Fisher, de Cadillac Motor Co. (parte de General Motors). Fue contratado como "ingeniero consultor", mientras reservaba su idea de producción masiva para el momento oportuno.

Ese momento llegó en 1927, cuando diseñó su primer automóvil: el Cadillac LaSalle, que fue un éxito rotundo en el mercado. Esto animó a GM a crear el departamento de Art & Colour Section, considerado el primer departamento dedicado exclusivamente al diseño automotriz, cuyo liderazgo se le ofreció a Harley Earl.

Cadillac LaSalle

En 1929, ocurrió lo que podría considerarse su primer fracaso. Buick le pidió diseñar un auto especial para conmemorar el aniversario de la marca, pero el modelo no fue bien recibido y terminó siendo apodado "el Buick embarazado".

Buick Marquette (Embarazado)

Sin embargo, en 1938 llegó su revancha con la creación del "Buick Y Job", el primer concept car del mundo. Junto con George Snyder, Harley desarrolló este modelo como un referente del futuro de la marca. Equipado con un motor V8 y una transmisión de 4 velocidades, el Buick Y Job fue un éxito y posicionó a Earl en la cúspide del diseño automotriz.

Buick Y Job

Después de años de éxitos comerciales, llegó otro modelo histórico: el Corvette. Presentado en 1953 durante el Motorama, el Corvette se convirtió en el sueño de muchos. Fabricado en fibra de vidrio, se estableció como el primer deportivo estadounidense de producción. Se fabricaron 300 unidades de este primer modelo, de las cuales sobreviven 255, y se vendió a 3,498 dólares de la época.

Corvette 1953

Aunque en su tiempo marcó tendencias con diseños como los prototipos Firebird I, II, III y IV (inspirados en aviones de combate) o el Chevrolet Bel Air de 1956, al finalizar la década de los 50, sus diseños dejaron de representar el futuro que GM buscaba. Tras varios años de una carrera brillante, Harley Earl se retiró (o fue retirado).

Chevrolet Bel Air

En 1969, murió la leyenda de Harley Earl, a quien rara vez se le veía con un lápiz, pues era lo suficientemente claro para expresarle sus ideas a los dibujantes, a quien le gustaba modelar sus coches con arcilla, quien prefería las formas triangulares a las cuadradas y la leyenda que dejó una herencia del diseño automotriz que perdura hasta nuestros días.

Harley con los Firebirds

¿Senna hubiera ganado el GP de Mónaco de 1984?

El pasado 29 de noviembre, Netflix estrenó la serie biográfica de Ayrton Senna.
La miniserie de 6 episodios relata la vida de Ayrton desde su niñez hasta el fatídico accidente que lo llevó a la muerte en 1994, en el circuito de Imola.

A lo largo de los episodios, podemos conocer más sobre su personalidad, sus motivaciones, aspiraciones y ambiciones, así como aspectos de su vida personal, todo combinado con escenas de carreras bastante llamativas y emocionantes. Todo ello acompañado del drama y la ficción característicos de cualquier producción “hollywoodesca”.

Alain Prost y Ayrton Senna en la serie de Netflix

También podemos ver personajes históricos importantes como Alain Prost, rival en la pista de Senna; Soichiro Honda, cuya alianza con McLaren fue clave para el éxito de Ayrton; Niki Lauda; Peter Warr; Ron Dennis; entre muchos más. La serie está llena de "fanservice" para todos aquellos que sean fanáticos de la F1, aunque, como siempre, hay opiniones encontradas respecto a cómo se cuenta la historia.

Carrera bajo un diluvio

Sin duda, uno de los acontecimientos que se relatan y que te mantiene al borde del asiento es el GP de Mónaco de 1984.

¿Qué pasó ese día? A pesar del tiempo, aún existen cuestionamientos sobre si Senna habría ganado. Lo que sí es seguro es que ese día nació una leyenda de la F1.
Era el 3 de junio de 1984. El GP de Mónaco era la sexta carrera que otorgaba puntos en el campeonato. Ese día, el clima no era nada favorable: la lluvia, que inició desde la mañana, se incrementaba, y no se sabía qué iba a pasar con la carrera, que ya se había retrasado 45 minutos.

Alain Prost lideraba la carrera en la primera posición, mientras que Senna salía desde la posición 13 con la escudería Toleman, que había ganado notoriedad gracias a él.

Antes de que Prost y Senna se enfrascaran en la lucha por el primer lugar, hubo varias descalificaciones de otros pilotos que no pudieron hacer frente al caótico clima, entre ellos Niguel Mansell del equipo Lotus, quien chocó contra un riel lateral y dañó la suspensión trasera de su monoplaza.

Alain Prost en Monaco 1984 (Foto real)

Mientras Prost iba perdiendo su ventaja debido a evidentes problemas con el agarre de su McLaren, Ayrton se acercaba cada vez más, y Stefan Bellof también entraba en la lucha por el primer puesto. Senna recortaba hasta 4 segundos por vuelta, mientras que Bellof lo hacía a razón de 4,5 segundos. Sin embargo, Bellof quedó descalificado en la vuelta 31.

Ahora solo quedaban Alain y Ayrton "navegando" en el asfalto. Pero antes de que Senna pudiera alcanzarlo, Prost empezó a agitar el brazo fuera del monoplaza una y otra vez al pasar por la recta de meta, pidiendo que detuvieran la prueba. La carrera fue detenida en la vuelta 32.

Obviamente, eso enfureció a Senna, porque, al igual que el agua, la victoria se le escapaba entre las manos.

La pregunta es: ¿habría ganado? ¿Fue injusto?

Ayrton celebrando su victoria... aunque después le notificarían que la carrera fue detenida justo antes del rebase, y quedó segundo...

La respuesta es: ¡tal vez! Jugando con el cálculo de probabilidades. El auto de Prost estaba sufriendo problemas de frenos, por lo que, sin mayores contratiempos, Senna lo habría rebasado. Sin embargo, durante la carrera, el coche de Toleman también había sufrido daños que posiblemente le hubieran impedido llevarse el triunfo.
Lo cierto es que, a partir de ese hecho, todos comenzaron a fijarse en el brasileño y fue a partir de ahí que llegaría éxito tras éxito.

Tina Turner le canta Simply The Best a Ayrton Senna el 7 de noviembre de 1993, cuando el brasileño ganó el GP de Australia

La serie termina con un final muy emotivo al ritmo de Tina Turner y su "Simply The Best". Si eres sensible como yo, seguro soltarás algunas lágrimas...

Phantom: el concept car gótico de Pontiac

En 1977, los muscle cars veían el final de su época dorada, esto se debió principalmente a las restricciones gubernamentales sobre las emisiones de los vehículos, lo que afectó directamente a este tipo de automóviles. A la par de este suceso, William Leroy Mitchell, mejor conocido como Bill Mitchell, diseñador clave de General Motors, también daba fin a una brillante carrera de 30 años.

La realidad de Bill era que sus diseños ya no encajaban con lo que buscaba la compañía; se podría decir que estaban pasados de moda. Así que, con 65 años de edad y su próxima jubilación, decidió darle un final épico a su vida profesional: el Pontiac Phantom.

Entre los diseños de Bill Mitchell se encuentran el Corvette, Camaro, Oldsmobile Riviera, y el Buick Toronado

Lanzado en 1977, el Pontiac Phantom fue un muscle car que solo se presentó como concepto y que tenía muchas influencias del Corvette. Mitchell trabajó en conjunto con Bill Davis, y se dice que el Phantom fue su respuesta a las nuevas reglas que estaban surgiendo en el diseño automotriz. Bill solía decir: “Cuando uno entraba en un departamento de diseño de automóviles, encontraba modelos a todo color. Montones de modelos a todo color. Ahora diseñan con una regla en T y un triángulo”.

Claramente, el Phantom era todo lo contrario a lo que se estaba poniendo en tendencia en ese momento. Su figura alargada distaba mucho de la reducción de tamaño que se buscaba en el mercado. El cofre prolongado, los faros horizontales y la influencia estética del Madame X de Cadillac, combinados con las líneas de diseño del Corvette, lo convirtieron en un concept car con aires góticos. Sin duda, Batman lo habría usado como su auto de calle.

El Pontiac Phantom se llamaba en un inicio Madame X, esto porque estaba inspirado en el Cadillac Madame X de Harley Earl.

Como detalle extra, contaba con llantas cara blanca, salpicaderas musculosas y un chasis fabricado en fibra de vidrio. Sin embargo, este coche no contó con ningún tipo de mecánica, era solo un cascarón.

El auto nunca salió a producción ni pudo completarse al 100%, ya que, como se mencionó, no era funcional. Además, se cuenta que el proyecto fue bloqueado por el ejecutivo de ingeniería Howard H. Kehrl.

Sin culminar su proyecto, Bill Mitchell se retiró en 1977.

El destino del automóvil terminó en manos del Museo Sloan, en Flint, Michigan, donde actualmente se exhibe.

Es prudente comentar que General Motors cesó la operación de pontiac en el 2010, marca fundada en 1926 por William Crapo Durant, de quien hablaremos más adelante, en una nueva sección llamada Biografías en HangarMedia