¿Quién es Ian Callum? el diseñador que marcó una era en Jaguar

Ahora que Jaguar vive una de sus peores crisis de identidad, es buen momento para recordar a los personajes que le dieron estilo y personalidad a la marca. Y no vamos a hablar de cualquier personaje, estamos hablando de quien diseñó, ni más ni menos, que el F-Type: Ian Callum.

Originario de Dumfries, Escocia, y nacido en 1955, Callum no nació en una cuna de oro. Su padre era abogado, y aunque en su casa no había coches de lujo, los clientes de su papá sí los tenían, y también sus amigos. Por su calle y cochera desfilaban Jaguares, Aston Martins y Ferraris; ese fue su primer contacto con los automóviles. Además, junto con su hermano —igual de fanático de los autos— se hacía pasar por cliente para conseguir folletos de vehículos. Pero lo que marcó su vida, y lo que lo llevó a tener la carrera que tiene hasta hoy, fue gracias a su abuelo.

Él cuenta que su abuelo tenía una suscripción a la revista LIFE. En ella vio por primera vez un coupé gris: el Jaguar E-Type. Mostró tanto entusiasmo que su abuelo decidió llevarlo a una sala de exposición en Edimburgo, donde estaba expuesto el coupé.

Con ese recuerdo y con su destino ya elegido, a los 14 años pensó en grande y mandó a Jaguar un diseño de un automóvil con la esperanza de ser contratado. Eso no sucedió, pero Ian recibió respuesta de William Heynes, jefe de ingeniería de Jaguar en ese momento, quien le sugirió estudiar arte para poder profesionalizarse.

Y así fue, aunque no tan sencillo como él esperaba. Primero entró a la Universidad de Coventry -por cierto, casi muere en un accidente automovilístico camino a la entrevista de ingreso-. Luego, un año después, se cambió a la Escuela de Arte de Glasgow, donde obtuvo su título universitario, y finalmente consiguió una maestría en el Royal College of Art.

Ford RS200

En 1979 comenzó su carrera en Ford, en el Centro Técnico Dunton de Essex, como diseñador junior. Ahí participó en el diseño del RS200 y el Escort RS Cosworth, así como en conceptos como el Zig y el Zag, donde demostró su talento para el desarrollo y gestión de proyectos. Trabajó con Ford durante diez años, empresa en la que aprendió a ser disciplinado. En 1986 fue llamado a Turín para ser gerente de Ghia, donde trabajó junto con su hermano y tuvo la oportunidad de formar parte del equipo de diseño del Ghia Via Concept de 1986.

Aston Martin DB7

En 1989, Ian Callum abandonaría Ford. Para ese momento, él ya era un personaje reconocido dentro del diseño automotriz, pero tal vez necesitaba tomar riesgos. Entonces se unió a las filas de TWR Design. Su trabajo más importante fue el diseño del Aston Martin DB7, cuando Ford compró la compañía. Para ese momento, Aston Martin debía economizar; Tom Walkinshaw (dueño de TWR Design) ya le había encargado a Ian trabajar en el rediseño de un deportivo pequeño que Jaguar había abandonado por falta de solidez en el proyecto.

La jugada de Walkinshaw fue mostrarles ese diseño: con un par de modificaciones sería el auto perfecto para Aston Martin. Así nació el tan exitoso DB7 (en otro post hablaremos más a fondo de él). Durante su tiempo con TWR Design también trabajó en el Nissan R390.

Jaguar R-Coupé

En 1999, su sueño de trabajar en Jaguar se volvió realidad y entró para sustituir a Geoff Lawson como director de diseño, quien había fallecido repentinamente. A su entrada, el nuevo E-Type que estaba supervisando Lawson estaba casi terminado; su primer proyecto fue encaminarlo a la meta.

Jaguar F-Type

Después trabajó en el concepto R-Coupé, presentado en 2001 en Frankfurt. El nuevo objetivo de Callum era tener una empresa automovilística del siglo XXI. Posteriormente, en conjunto con su equipo, empezó a desarrollar el sucesor del XK8. En sus primeros años se encargó también de la actualización del S-Type, X-Type y XJ. Luego aparecieron el famoso F-Type y el Jaguar C-X75, famoso por aparecer en la película de James Bond Spectre.

La era de Jaguar hasta 2019, cuando Ian Callum decide abandonar la marca, tiene su personalidad. Junto con su equipo fue el encargado de crear los diseños de XE, XF, F-Pace e I-Pace.

Ian Callum junto al Jaguar C-X75

Pero él tenía otras ambiciones: tener su propia compañía de diseño. Con CALLUM Designs vendría la tan anhelada libertad creativa, en donde no sólo explora el diseño automotriz, sino también de estilo de vida y viajes. Uno de sus primeros proyectos fue el Aston Martin Vanquish 25, ya que uno de sus propósitos es retomar coches que ha diseñado para darles un refresh. Y es que, según sus palabras: “Es un buen punto de partida porque creo que tengo derecho a usar esos coches y hacer algo con ellos, ya sean Aston Martin o Jaguar”.

Pero Ian no aspira a vivir solo de la nostalgia; también el fin de su marca es trabajar con proyectos que tengan una visión a futuro, no solo en el área de la automoción.

Sin duda, Ian Callum es uno de los diseñadores británicos más importantes de la industria.

Ford Modelo AC: la historia del primer Ford que llegó a México en 1904

Eran los inicios del siglo XX, México apenas tenía caminos adecuados para automóviles y éstos tenían que coexistir con carruajes jalados por caballos. Además, como en todo el mundo, pocos eran los que se podían dar el lujo de tener uno.

Aunque se tiene registrado que el primer automóvil en llegar a México fue en 1895, tardó un par de años hasta que el automóvil empezó a ganar terreno. En este proceso, poco a poco, distintas marcas fueron llegando a nuestro país; tal es el caso de Ford.

Ciudad de México Principios Siglo XX

En 1904, el primer modelo de Ford llegó a México, y fue ni más ni menos que el Modelo Ford AC, descendiente directo del primer automóvil comercial de Henry Ford. Tan solo con 1,500 unidades producidas, una de ellas llegó a tierras mexicanas y, ¿qué creen?, aún existe y fue restaurado para poder regresarlo a su estado original. Esta es su historia.

Pues resulta que el vehículo fue importado en 1904 por la empresa J.A. Medina y adquirido por el señor Ignacio Carranza. Pasaron los años y, seguramente, se vivieron muchas aventuras sobre él, hasta que, en 1932, la empresa Ford lo adquirió por 10 mil dólares. Para la marca del óvalo azul era muy importante conservar el inicio de su historia en México.

Registro de compra del Modelo AC

El Modelo Ford ha pasado por muchas restauraciones para poder conservarlo; una de ellas fue durante la década de los 70. En este proyecto participaron Carlos Alarcón, quien fue gerente de Evaluación de Vehículos en Desarrollo de Producto (PD), y Marcos Pérez, exdirector de la misma área.

Recientemente se realizó otro trabajo de conservación que duró 13 meses. Los trabajos de restauración estuvieron bajo la dirección de Juan Santillán, actual líder de PD, con la participación de Leobardo Hernández y Rafael Hernández, colaboradores del Centro de Ingeniería y aficionados a los vehículos antiguos, en coordinación con clubes y restauradores externos como Héctor Romo de Vivar.

FORD Modelo AC

Fue un trabajo arduo y difícil, ya que muchas piezas —con más de 100 años— ya no se fabrican. Además, hubo mucha investigación histórica detrás y contactos para poder encontrar alguna que otra pieza y para respetar el diseño original. Desde la Biblioteca Benson hasta colecciones en Inglaterra y EE.UU. sirvieron para dar con piezas clave, como el seguro original de la puerta trasera, que tuvo que ser reconstruido en su totalidad.

Los trabajos de restauración incluyeron:

El Ford Modelo AC fue el principio de una larga historia entre México y la marca estadounidense, lazos que se hicieron aún más evidentes en 1925, cuando se formalizó la apertura de una ensambladora en México.

Ford Bronco celebra 60 años con una edición especial

Fue en 1966 cuando el mundo vio por primera vez al Ford Bronco. En su tiempo, no fue cualquier vehículo: lo había sido impulsado por Lee Iacocca, en conjunto con Donald Frey y McKinley Thompson Jr., responsables también de haber dirigido el proyecto que le dio vida al Mustang.

Su objetivo era crear un vehículo desafiante, capaz de afrontar cualquier terreno. El resultado fue un verdadero off-road, un auto como ningún otro en ese momento: una camioneta imponente que se podía mover con comodidad prácticamente en cualquier lugar.

La primera generación, de 1966 a 1977, se equipó con un motor de 2.8 litros y 6 cilindros, capaz de generar 105 caballos de fuerza, y se ofreció una versión descapotable. El Ford Bronco tuvo bastante éxito, y de esa primera generación se vendieron 225 mil unidades.

La segunda generación se lanzó hasta 1977, debido a la crisis del petróleo de 1973, y se fabricó sobre la plataforma de la Ford F-100. La tercera generación, de 1980 a 1986, se caracterizó por la búsqueda de avances tecnológicos: incorporó el sistema de inyección electrónica directa y, además, regresó el emblema ‘Ford’ al frente.

La cuarta generación, de 1987 a 1991, se construyó sobre la plataforma de la Ford F-150, lo cual mejoró su desempeño tanto en calle como en terreno. También incorporó inyección electrónica en un motor de 6 u 8 cilindros y transmisión manual de 5 velocidades, dependiendo de la versión.

Por último, la quinta generación, de 1991 a 1996, ya gozó de mejoras aerodinámicas y estéticas más acentuadas, y se convirtió en todo un clásico de Ford.

Ahora, en su cumpleaños número 60, Ford le rinde homenaje con el Bronco 60.º Aniversario 2026, una edición especial que combina el clásico espíritu aventurero de 1966 con detalles modernos.

La nueva Bronco está basada en la versión Outer Banks con el paquete Sasquatch, que incluye llantas de 35 pulgadas, diferenciales bloqueables delanteros y traseros, y una suspensión mejorada.

Todas las versiones de esta edición cuentan con techo rígido blanco, y obviamente ¿que sería de una versión de aniversario sin los guiños históricos? El Bronco 60 aniversario está disponible en dos colores que evocan la herencia del modelo: Blanco Wimbledon, como la Bronco original, y Rojo Rubí. Las llantas de 17 pulgadas, pintadas en Gris Gravedad, lucen un diseño clásico con tapacubos retro y centros en Rojo Bermellón, decorados con el icónico logotipo del Bronco Corcovado y el número “1966”.

Los homenajes conmemorativos continúan en las salpicaderas delanteras, con insignias del 60.º aniversario, y en las calcomanías laterales, que mantienen el mismo tono rojo distintivo. La parrilla frontal también adopta un estilo vintage con letras en Rojo Bermellón a juego con las llantas. En la parte trasera, el porta llantas de repuesto incluye una cubierta especial con centro blanco y letras rojas, y como complemento se integra un juego de estribos.

En el interior, el paquete 60.º Aniversario destaca por su elegante combinación bitono: asientos de cuero con bordes en ébano e inserciones en tono Alpine, además de costuras contrastantes visibles en toda la cabina, incluyendo la parte superior del tablero. El número “60” aparece grabado en los respaldos de los asientos, como un sello distintivo de esta edición. Para mayor comodidad, Ford añade nuevos asideros en los pilares A, que facilitan el acceso y la salida del vehículo.

La edición especial incluye tracción integral de serie y ofrece dos opciones de motorización: un motor turbo de cuatro cilindros de 2.3 litros o un V6 biturbo de 2.7 litros.

La Bronco 60.º Aniversario 2026 estará disponible para pedidos a partir de octubre, y Ford anunciará los precios antes del lanzamiento oficial. Sin duda, se trata de una edición que combina legado, capacidades y estilo en un solo paquete.

¿Sabías que el escudo de Porsche nació en una servilleta? Así fue su origen y evolución

Desde que el automóvil marcó sus primeros kilómetros, se convirtió en un signo de poder, por lo tanto para los creadores se volvió indispensable ofrecer experiencias únicas, originales y “dejar su huella”. Su sello de marca no solo proviene del diseño estético del automóvil, sino en los pequeños detalles, como lo es su escudo.

Los emblemas son la identidad de la marca, algunos están diseñados con insignias muy simples como el de Citroen o Volvo, y otros por el contrario son escudos elaborados en donde se cuenta una historia, como en el caso de Alfa Romeo, o el de Ferrari que no precisamente cuenta la historia del constructor si no que rinde homenaje a un piloto aviador de la Primera Guerra Mundial llamado Francesco Baracca, y claro, el escudo de Porsche, de quien hoy contaremos su historia.

Con el pasar de los años, Porsche ha demostrado tener una de las bases de fans más fuerte del mundo automotriz. Con más de 60 años, el constructor alemán se ha arraigado en el corazón de sus propietarios y de los millones de personas seguidoras de la marca y sin duda uno de sus sellos es su escudo.

El escudo de Porsche empezó en una servilleta

Nos regresamos un poco en el tiempo hasta 1951. La marca estaba en busca de su identidad, así que lanzó un concurso para que escuelas de arte alemanas crearán un escudo para la empresa. El premio era bastante generoso para la época: 1,000 marcos alemanes. Sin embargo, ninguno de los diseños cumplió con las expectativas, así que a finales de año, Ferry Porsche visitó Nueva York, en donde sostuvo pláticas con el importador estadounidense Max Hoffman, quien le pidió un escudo, y juntos crearon su obra maestra dibujándola en una servilleta común.

Primer boceto 1952

En 1952 el creador del logo de Volkswagen,  Franz Xaver Reimspieß, fue el encargado de diseñar el nuevo escudo de Porsche basándose en los elementos propuestos por Max y Ferry. El escudo de Porsche no es una simple ocurrencia estética: está cargado de historia y simbolismo regional. Al diseñarlo, la marca quería rendir homenaje tanto al antiguo emblema del estado de Württemberg como a su ciudad natal, Stuttgart. El nombre de esta última proviene del término alemán Stutengarten, que se traduce como “yeguada”, en referencia a los establos de cría de caballos que fundó el duque Liudolf de Suabia en la zona. De ahí que el caballo sea el protagonista del escudo: un guiño a las raíces ecuestres de Stuttgart, y no una imitación del famoso Cavallino Rampante de Ferrari, como muchos suelen pensar.

La composición está rodeada por los colores rojo y negro, además de unas cornamentas estilizadas de la cresta de Württemberg Hohenzollern.

Los modelos Porsche 356 de 1952 fueron los primeros en usar el escudo en el volante, dos años más tarde se vió por primera vez en la parte frontal de un Speedster. Al día de hoy no podemos negar que el escudo de Porsche es un objeto de culto, su rebuscado diseño ha trascendido a los automóviles, lo podemos encontrar en productos que van desde un juego de mancuernas hasta un tapón para botellas de vino… ¿Ferry y Max se habrán imaginado que su boceto en un trozo de servilleta llegaría tan lejos?

Un día como hoy hace 54 años pierde la vida Pedro Rodríguez, el gran piloto mexicano

Hoy se conmemora un año más del trágico accidente que cobra la vida de Pedro Rodríguez.

Recordamos a Pedro Rodríguez a 54 años de su muerte. (1940-1971)

El 11 de julio de 1971 arrancaba la carrera denominada las 200 millas de Norisring en Núremeberg, Alemania, el piloto mexicano Pedro Rodríguez tomaba la salida en un Ferrari 512M propiedad de Herbert Müller Racing.

Pedro venía de ganar una semana antes los 1,000 kms de Österreichring a bordo de un Porsche 917K, de hecho Pedro fue un múltiple campeón en el Porsche 917, ese mismo año ganó las 24 horas de Daytona, los 1,000 Kms de Spa-Francorchamps, los 1,000 kms de Monza todos estos triunfos a bordo del Porsche 917K, también ganó el primer lugar a bordo de un Fórmula 1 BRM P153 en la competencia denominada Spring Trophy Oulton Park.

Rodríguez era un piloto muy apreciado en Europa, toda una celebridad que "llenaba" autódromos, pues el público sabía lo competitivo y espectacular de su manejo.

Herbert Müller le ofreció cinco mil dólares por participar en esta competencia, en uno de sus Ferrari 512M, Pedro aceptó competir con el permiso de sus superiores en Porsche, Wyer y Yorke, quienes aceptan de no muy buena gana, incluso podían prohibirle participar, pues en su contrato había una cláusula que así lo indicaba, los directivos del equipo Porsche pensaron que no sería nada malo que un piloto oficial de Porsche conociera a fondo el Ferrari 512M.

Cuando se disputaba la vuelta 11 de las 200 millas del Norisring el Ferrari de Pedro hizo un extraño, algunos testigos comentan que una llanta se reventó o que un rin se rompió, el auto chocó a gran velocidad contra la base de un puente y quedó envuelto en llamas.

Pedro Rodríguez es declarado muerto en el hospital de Núremberg unas horas más tarde del accidente, ocurrido hace 54 años.

Ese fue el lugar exacto del accidente y en el 2006 después miembros de la @scuderiargz colocaron una placa conmemorativa en el lugar.

Hoy la placa sigue intacta al paso de miles de vehículos cuyos ocupantes seguramente la ven sin observarla.

#ChoroHistorico

Vintage Concept Car: Cheetah, el primer intento de Lamborghini de un todoterreno

El Lamborghini Urus hizo su aparición en 2017 como sucesor del Lamborghini LM 002 de 1986 y, aunque se pensaría que fueron los primeros intentos de la marca en diseñar un todoterreno, la verdad es que llevaban desde los años 70 desarrollando el proyecto; el concepto se llamó Cheetah.

Después de varios años de bonanza, Lambo se encontraba en una de sus más grandes crisis por ahí de los años 70. La crisis del petróleo y la renuncia de Ferruccio Lamborghini tenían a la marca al borde del abismo.

Los nuevos propietarios buscaban a toda costa salvar la compañía. Buscaron nuevos proyectos para sobrellevar la crisis, y entonces se aliaron con el ejército estadounidense, que por encargo de Mobility Technology International (MIT), creó un vehículo militar 4x4 para sus tropas.

El proyecto era lucrativo y prometedor, pero como se comentó, Lamborghini no tenía solvencia económica, por lo que pidió un préstamo al gobierno italiano. Aunque todo parecía que iba a ir de maravilla, resultó todo lo contrario, porque el MIT había copiado el diseño de uno de los candidatos previos, el FMC XR311, y eso sin que Lamborghini lo supiera.

El resultado fue un vehículo híbrido entre pickup y buggy musculoso, con motor Chrysler V8 de 5.9 litros impermeabilizado, conectado a una transmisión automática de tres velocidades y montado en la parte trasera. Sin embargo, su desempeño fue desastroso: en primer lugar, porque la transmisión no era adecuada para la distribución del peso; y en segundo, porque su motor de dos toneladas solo ofrecía 180 CV.

Aun con todos los desperfectos, fue presentado en 1977 en el Salón de Ginebra, ya que se planeaba una versión de calle. Pero… ¿se acuerdan que el diseño era “copiado”? Bueno, pues eso le trajo a Lamborghini muchos problemas legales. Las cosas no mejoraron, a la par del desarrollo del Cheetah, Lamborghini tenía un contrato con BMW para realizar el chasis del superdeportivo M1, pero todos los recursos ya se habían destinado al Cheetah, lo cual derivó en la cancelación del contrato con BMW.

Y si eso no fuera suficiente, el Cheetah chocó durante las pruebas militares y se destruyó… aunque nuevos descubrimientos apuntan a que tal vez eso realmente no sucedió y que el prototipo sigue intacto. Al final, tras las duras pruebas, el ejército estadounidense decidió elegir una marca nacional para la producción de sus vehículos y contrató a AM General y su modelo Humvee ( Hummer).

Lamborghini no pudo enfrentar las deudas y, en 1978, se declaró en bancarrota. A principios de los 80, los hermanos Jean‑Claude y Patrick Mimran compraron la marca, la rescataron y retomaron la idea del todoterreno con el prototipo LM001 y, después, con el conocido Lamborghini LM002.

Lamborghini LM002

Ford celebra 100 años en México: asi fue la instalación de su primera ensambladora en el país

Hace cien años, el rugido de los motores Ford irrumpió en el corazón de México con la inauguración de su primera fábrica en territorio nacional. El 23 de junio de 1925 se constituyó oficialmente Ford Motor Company S.A. en México, y tan solo unas semanas después, el 26 de agosto, la planta ensambladora inició operaciones. 

Aquella alianza no solo marcó el comienzo de una nueva etapa industrial, sino el inicio de una historia que, con el paso del tiempo, se transformaría en parte del paisaje cotidiano y del imaginario colectivo del país.

Pero, retrocediendo un poco en el tiempo, hay que señalar que los primeros Ford importados llegaron a México durante 1906. Los mexicanos entonces, con los años, fueron conociendo la marca y se familiarizaron con los automóviles de Ford, a tal grado que les llegaron a llamar Forcitos a manera de cariño. 

Mientras la sociedad mexicana de inicios del siglo XX se adaptaba a los automoviles, Ford revoluciono la industria con la producción en masa de su modelo T. Como consecuencia, la empresa se fortaleció y comenzó a buscar nuevos mercados internacionales.

En esa época los costos arancelarios para exportar sus automóviles eran altos, pero a Ford se le prendió el foco ¿Y si mejor instalamos armadoras?, así, en lugar de exportar autos terminados, exportó autopartes, lo que significó un gasto menor. Una de esas armadoras, obviamente fue la instalada en México. Anteriormente, en 1917, Ford ya había mostrado interés en hacer negocios en el país, pero los conflictos del país no permitieron un ambiente propio para consolidar un trato. 

La demanda de automóviles se iba incrementando en el país, sobre todo en la capital.

Existieron 3 razones principales por las cuales Ford le echó el ojo a México para hacer negocios:

  1. El gobierno disminuyó al 50% los aranceles de autopartes para promover el empleo en el país, con esta medida los mexicanos tendrían empleo armando automóviles. 
  2. Aumento de la demanda de autos en el país.
  3. México se estaba recuperando de la crisis económica que había ocasionado la Revolución Méxicana, por lo tanto ya éramos visibles ante los mercados internacionales nuevamente.

Testimonio de la formalización de Ford en México.

El actor principal de estas negociaciones fue el ingeniero Adrián Lajous, quien había iniciado su carrera en Ford Motor Company en Argentina. Debido a su acercamiento con los altos directivos de la compañía, se encargó de todas las gestiones necesarias, no solo con Henry Ford y  su hijo Edsel, sino con las secretarías de Hacienda y Economía.

La instalación de la ensambladora no fue tarea sencilla. En primer lugar tuvieron que buscar un lugar adecuado para las operaciones de la fábrica, y en segundo lugar, ya que no se tenía mucha experiencia en legislaciones de la rama automotriz, algunos ingenieros tuvieron que acudir a las plantas estadounidenses para obtener datos sobre reglamentos y control fiscal que permitiera la operación de una planta ensambladora.

Ensambladora de San Lázaro

El lugar que se designó fue una bodega de semillas propiedad de Ricardo Céspedes, que estaba cerca de la estación del ferrocarril de San Lázaro, justo en la esquina de la Calzada Balbuena y Candelaria. La cercanía con el ferrocarril era ideal, ya que pudieron trasladar las autopartes a la armadora de una forma organizada y sin contratiempos.

El costo total de adaptar la bodega fue de 94 mil 250 pesos de aquellos años. Cuando se oficializó el 23 de junio de 1925 Ford Company S.A, Edsel B. Ford fue designado como Presidente y Adrián Lajous como Director Gerente.Sus primeras oficinas estaban ubicadas en Bucareli 13, en el edificio Palavicini.

El incio de producción en la primera armadora generó furor.

Cuando la planta de montaje inició sus operaciones el 26 de agosto, tenía la capacidad de producir 25 automóviles al día del modelo T. La primera factura de Ford de México fue a Alejandro Mendoza, por la compra de cinco turismos y tres camiones importados.

Ya entrados en los años 30, Ford quería no solo armar automóviles sino empezarlos desde cero. La compañía adquirió un terreno en lo que solía ser la antigua Hacienda de Aragón, en Calzada de Guadalupe, y al año siguiente inició la construcción de la fábrica. 

Para 1926 ya existian 50 concesionarios y agencias de Ford en toda la República.

Hay que mencionar que Adrián también tuvo mucho que ver con esta nueva planta, sus habilidades en los negocios lograron convencer al Presidente Calles para reducir al 50% los derechos de importación de materiales y concesiones de tarifas de carga en ferrocarriles. Además les prometieron no tener líos sindicales con los trabajadores y les concedieron no pagar más de tres pesos diarios.  

En 1932 se inauguró la nueva planta, donde salieron de la línea de producción los modelos A, Cougar y tiempo después el Mustang.   

Ford celebra 100 años en México, demostrando un compromiso con el cliente y la sociedad. Hoy, Ford de México está conformado por más de 14,000 empleados y 113 distribuidores Ford y Lincoln. Ha establecido plantas de ensamble y estampado en Cuautitlán, Estado de México (desde 1964), y Hermosillo, Sonora (desde 1986); el Complejo de Motores de Chihuahua (plantas establecidas en 1983, 2009 y 2018); y la planta de Irapuato, Guanajuato (desde 2017), de ellas han salido modelos como el  Mustang Mach-E, Ford Maverick y Ford Bronco Sport.

Planta de La Villa de Guadalupe 1932.

 

Alpine A110: la joya francesa que renació para dominar la pista y la calle

En el universo del automovilismo, pocas siluetas son tan reconocibles y respetadas como la del Alpine A110. Con su diseño ágil, motor trasero y ADN de competición, este coupé francés no solo marcó una era, sino que logró lo impensable: renacer más fuerte, más ligero y con la misma esencia con la que deslumbró en los años 60 y 70. Hoy te contamos cómo esta leyenda ha evolucionado sin perder su alma.

Los orígenes: el Alpine A110 Berlinette (1962-1977)

Nacido de la mente del entusiasta Jean Rédélé y producido por Alpine, el A110 debutó en 1962 como una evolución directa del A108. Su estructura estaba construida sobre un chasis tipo espina dorsal y una carrocería de fibra de vidrio, lo que le daba un peso pluma y una agilidad sin precedentes.

Equipado con motores Renault de cuatro cilindros y tracción trasera, el A110 fue perfeccionándose en cada iteración. La versión más famosa, la 1600S, alcanzaba los 140 hp y un peso de apenas 700 kg. Su dominio en el Campeonato Mundial de Rally fue total: en 1973 ganó el primer título de constructores del WRC, derrotando a gigantes como Porsche y Lancia.

El Alpine no solo era competitivo: era elegante, feroz y con una personalidad muy francesa. La producción cesó en 1977, pero su legado ya estaba escrito en piedra (o más bien, en grava y asfalto).

El largo silencio y el renacimiento (2017)

Durante décadas, el nombre Alpine estuvo en pausa. Renault utilizó esporádicamente el sello en prototipos o versiones especiales, pero no fue hasta 2017 que el A110 resucitó oficialmente… y lo hizo por todo lo alto.

El nuevo Alpine A110 (conocido como A110 Première Édition) fue desarrollado desde cero para conservar el espíritu del original: peso ligero, agilidad pura y diseño evocador. Montado sobre una plataforma de aluminio completamente nueva, el auto pesaba solo 1,100 kg y estaba impulsado por un motor 1.8 turbo de 252 hp desarrollado en conjunto con Renault Sport.

¿Resultados? Aceleración de 0 a 100 km/h en 4.5 segundos y una respuesta de chasis que recibió elogios de todo el mundo, desde Top Gear hasta Autocar. Más que un regreso, fue una declaración de principios: Alpine no había vuelto para vender nostalgia, sino para volver a ser una marca de culto.

Evoluciones modernas: de Pure a R

A lo largo de estos años, Alpine ha lanzado diferentes variantes del A110 para satisfacer a todo tipo de entusiastas:

A110 R (2022): el más radical de todos. Peso reducido a 1,082 kg, componentes de carbono, mejoras aerodinámicas y 0 a 100 km/h en 3.9 segundos. Directamente enfocado a pista, es el punto culminante de la ingeniería moderna de Alpine.

Alpine más allá del A110: lo que viene

Alpine ha anunciado oficialmente que el futuro de la marca será 100% eléctrico, con una nueva gama de vehículos deportivos eléctricos en colaboración con Lotus y Renault. Esto incluirá:

Esto marca una nueva era para Alpine, donde se espera que el equilibrio entre peso, agilidad y experiencia de manejo sea traducido al lenguaje eléctrico sin perder la chispa que hizo famoso al A110.

¿Por qué el Alpine A110 sigue siendo especial?

En un mundo dominado por cifras de potencia y pantallas gigantes, el Alpine A110 sigue apostando por la conexión pura entre conductor y máquina. Su enfoque minimalista, diseño atemporal y compromiso con la ligereza lo convierten en un verdadero unicornio dentro del panorama actual.

No se trata de ser el más rápido en línea recta, sino de transmitir sensaciones reales, de esas que solo un puñado de autos en el mundo pueden ofrecer.

Fuente: A110 - Cupé deportivo - Alpine
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¿Sabías que a Volvo le debemos el cinturón que se usan actualmente en los automóviles?

El cinturón es una de las medidas de seguridad más importantes a la hora de manejar. La historia del cinturón comenzó a inicios del siglo XX, pero fue hasta 1959 que el cinturón de 3 puntos revolucionaría la seguridad y salvaría millones de vidas.

En 1903, el inventor inglés George Cayley presentó el primer cinturón de seguridad de la historia. Si bien no era para un auto, sino para un avión, el invento sirvió para que, en las primeras tres décadas del siglo XX, algunos automóviles empezaran a adaptar cinturones algo rudimentarios.

A partir de la década de los 40, los cinturones se empezaron a perfeccionar, pero solo eran a la cintura y eran opcionales.

Entonces llegamos a la década de los 50, cuando el cinturón evolucionó tecnológicamente. La invención vino de la mano de Nils Bohlin, ingeniero de Volvo, quien introdujo los cinturones de seguridad de tres puntos.

Según la patente, “evitaba de forma eficaz y fisiológicamente favorable que el cuerpo de la persona sujeta sea lanzado hacia adelante”. El primer automóvil en equiparse con este sistema de seguridad fue el modelo Volvo PV544.

Volvo donó la patente a la industria automotriz para que se pudiera usar sin costo, y a partir de ese momento la regulación de su uso se convirtió en una realidad.

Según la OMS, el cinturón reduce entre un 45 y 50 % el riesgo de muerte.

En 1999, Nils fue incorporado al Salón de la Fama del Automóvil por su gran aporte a la industria.

El día que un Bentley le ganó al Blue Train

En 1930, Bentley ya se había convertido en una marca de automóviles de lujo que tenía su propio club de fans llamados “Bentley Boys”, un grupo de aristocratas quienes eran fanáticos de la velocidad y que se caracterizaban por ostentar varias victorias con sus Bentleys, lo que le valió a la marca británica el estatus de coches de rendimiento y lujo.

Bueno, en ese club estaba el millonario Woolf “Babe” Bernato, personaje clave para Bentley, ya que se convirtió en el inversionista de la marca. En la crisis de 1929 fue vendida a Rolls-Royce; Bernato, al amasar acciones de Rolls, pudo convertirse en director de Bentley.

Woolf “Babe” Bernato

En una ocasión, durante una plática de amigos en Cannes, lanzó una apuesta: su coche podría estar en su club de Londres antes de que el Blue Train llegara a Calais. Bernato y otros entusiastas de la velocidad anteriormente ya le habían ganado al Blue Train, pero ahora la apuesta era mucho mayor, porque el viaje incluía un viaje en ferry a través del Canal de la Mancha.

Fue el 13 de marzo de 1930 cuando dio inicio la legendaria carrera contra el Blue Train. Eran las 17:45 cuando Bernato y Dale Bourn salieron del Hotel Carlton, asegurándose de que hubiera gasolineras abiertas en su trayecto. Conduciendo durante la noche, llegaron a Boulogne a las 10:30 del viernes, tomando el barco de las 11:35 a Folkestone. A las 15:30, Bernato y su copiloto tomaban tranquilamente un café en su club de Londres. ¿Lo había logrado? Sí, exactamente 4 minutos antes de que llegara el Blue Train a su destino y con una velocidad constante de aproximadamente 70 km/h.

El asunto no pasó desapercibido, pero Bernato trató de no hacer un espectáculo y solo dijo que lo había hecho para demostrar que la carrera del Tren Azul era una fanfarronería. Sin embargo, tuvo sus consecuencias: los franceses no tomaron muy a bien que estuviera corriendo en la vía pública, se hizo acreedor a una multa, y, además, prohibieron a Bentley presentarse en el Salón del Automóvil de París de ese año, a pesar de que no había sido un evento oficial de la marca.

Bentley Gurney Nutting

El modelo en cuestión fue un Bentley Speed Six, que, aunque se suele creer que fue uno con carrocería cupé de tres plazas de Gurney Nutting, Clare Hay, experta en Bentley, le parece improbable, ya que en esa fecha aún no se había fabricado. No había pasado la prueba final y fue hasta 10 semanas después de la carrera contra el Blue Train que se otorgó la garantía de 5 años; además, el 2 de junio había recorrido apenas 632 kilómetros, por lo tanto, para Clare, las fechas no cuadran.

Las pruebas podrían apuntar a que el auto utilizado por Bernato fue un Speed Six un poco más “modesto”, un sedán con toldo de lona Weymann que le habían entregado en 1929. Al día siguiente del evento con el Blue Train, el auto fue llevado al taller de Bentley en Kingsbury, al norte de Londres, para que le instalaran un nuevo Bendix de arranque, y su kilometraje en ese momento era de 13,519 km.

El verdadero Bentley que corrio contra el Blue Train

No se sabe a ciencia cierta el porqué se creó el mito alrededor del cupé de tres plazas de Gurney Nutting, pero es de suponer que fue debido a la majestuosidad del Nutting y que iba más acorde con la leyenda del Blue Train.