TURBO ¡La palabra mágica!

Hay una palabra mágica que todos los apasionados de los autos -y sobre todo los que amamos las modificaciones- veneramos, esa palabra es turbo. Fue inventado por el ingeniero suizo Alfred Büchi, allá por el 1905 y desde entonces ha potenciado muchísimos motores en todas las marcas o fabricantes.

El principio de funcionamiento es muy simple, aunque los últimos modelos se han desarrollado de tal manera que ya no lo son tanto. Recordemos que el motor de combustión interna necesita aire fresco entrando a la cámara en el primer tiempo o admisión, y expulsa los gases resultantes en el cuarto tiempo o escape; pues bien, el turbo no es más que un dispositivo que se conecta a ambos. El aire fresco pasa por un compresor (entrada) y los de escape salen por una turbina (salida) que están unidas entre sí por un mismo eje y se “ayudan” una a la otra. Por supuesto, entre más rápido salgan los gases de escape, más revoluciones dará este eje y eso provoca que el compresor pueda meter más aire fresco a la cámara, aumentando la potencia y así en un ciclo sin fin. Claro que llega un momento en que el turbo está cargado con mucho más aire que el que la cámara puede admitir, en cuyo caso se abre una válvula de escape o bypass para dejar salir la misma y que no explote por sobrepresión.

Partiendo de este principio, puede parecer sencillo colocar un turbo en nuestro motor, sólo parece cosa de encontrar un hueco donde fijarlo, pero no es así. Los motores con turbo tienen un diseño y un cálculo preciso, todo está interrelacionado. La unidad de control del motor (ECU por sus siglas en ingles) es la encargada de medir todos los parámetros en todo momento: la carga o boost (la presión que genera el turbo) el volumen de aire, el tiempo de apertura de las válvulas, entre otras muchas variables.

Romanticismo: El BMW 2002 Turbo ostentaba la palabra TURBO muy visible y "al revés" para que el conductor del auto alcanzado pudiera ver la palabra de forma correcta en el espejo retrovisor para que se diera cuenta de que iba a ser rebasado por un auto "turbocargado"

En un principio, los turbos se fabricaban para dos momentos -o sea- uno para un rango bajo de revoluciones del motor y que era montado en equipos que necesitaban mucha potencia, como los equipos de construcción o de carga pesada; pero que se convertían en una carga a altas rpm, mientras que otros se fabricaban para “entrar” a altas revoluciones del motor y por tanto mejorar la potencia en esos regímenes, que eran usados en autos de alto desempeño; esto se lograba con determinadas aperturas en los álabes del compresor (algo parecido a las paletas de un ventilador). De aquellos tiempos, nos queda el recuerdo del “turbo lag” que no es otra cosa que el retraso que provocaba el hecho de que el turbo tuviera que esperar a que la velocidad de los gases de escape generase rpm suficientes para que el compresor pudiera inyectar mucho más aire en la cámara (literalmente era como recibir una patada en la espalda). Así que los diseñadores se encontraron en una encrucijada para los autos “de calle” pues ni uno ni el otro cumplían con las condiciones que necesitaban estos, en ese momento surgió el actual “turbo de geometría variable” el cual puede abrir o cerrar sus álabes en función de la carga solicitada.

Turbo de geometría variable (Porsche)

Estos turbos -como es lógico- son mucho más complejos mecánicamente y su control electrónico también, pero eso lo compensan con un mejor desempeño en un rango mucho más amplio de rpm y por tanto se pueden usar para muchos más tipos de motor y de condiciones de carga en los mismos.

Así pues -el uso de un turbo- les permite a los fabricantes montar motores más pequeños (y por tanto más livianos y económicos) sin sacrificar la potencia necesaria para mover el auto. Existe una variable en cada auto, que deberíamos tomar más en cuenta a la hora de decidirnos por cual comprar, para el trabajo que necesitamos desempeñar con él (pesado o de carga, velocidad y desempeño o simplemente ir de un punto A hasta un B) y es la relación peso/potencia, la cual nos dice cuantos kg de peso en el auto tiene que mover cada HP generado por el motor, pero eso ya es otra historia. El turbo es por todas estas razones, el dispositivo favorito de los “tuneros” para aumentar la potencia de un motor -que evidentemente- no lo tiene montado de fábrica, pero para montarlo se necesita de un experto que no solo lo logre colocar y conectar, sino que pueda modificar el programa de la ECU para que se adapte al nuevo régimen al que estará sometido el motor. Siempre recordando que entre más simple -mecánicamente hablando- sea un motor, mayor durabilidad tendrá.

Check Engine ¿Qué tanto sabes?

Tal vez te haya sucedido que vas apurado a tu al auto para salir y al girar la llave, se queda prendido un famoso testigo en el cuadro de instrumentos; conocido por su nombre en inglés “Check Engine”.

Para los que no lo conocen, es una señal que los puede asustar, pero los que lo conocemos, sin querer nos llevamos las manos a la cabeza y se nos escapa un “que habrá pasado ahora”.

Pues les tengo buenas noticias; la primera es que toda luz de color amarillo o ámbar en el cuadro de instrumentos es meramente informativo. ¡Ojo! Mucho cuidado si la señal es de color rojo, en cuyo caso si significa un peligro inminente (incluso cuando no liberamos completamente el freno de mano) y que por tanto debe revisarse antes de salir. La segunda noticia es que tras ese testigo se pueden esconder múltiples fallas, algunas más complejas de solucionar que las otras; pero hoy les quiero hablar de una muy común y que se puede solucionar de manera relativamente sencilla.

En la actualidad, se comercializan por todos lados los dispositivos portátiles que permiten escanear los códigos de fallas del auto, solamente conectándolos al puerto OBDII del mismo. Con ellos, podremos saber en menos de un minuto la falla, si es permanente o transitoria e incluso la podemos borrar en este último caso, algunas otras necesitan necesariamente llevar el auto a un técnico y sustituir algún componente que está fallando.

Una de estas averías muy comunes, es la lectura del sensor de oxígeno (también conocido como sonda Lamda), los autos vienen equipados con tres sensores de oxígeno principales, uno en la admisión o cuerpo de aceleración, otro a la salida del múltiple de escape y uno detrás del  convertidor catalítico.

La ECU (Unidad de Control del Motor, por sus siglas en inglés) utiliza la información de -sobre todo- los dos primeros, para calcular la cantidad de combustible que se debe inyectar en la cámara de combustión, en función de la carga o potencia que estemos exigiendo al mismo (léase: posición del pedal acelerador)

Pues bien, la ECU utiliza los criterios de la primera derivada (si, aquella que nos atormentó en la preparatoria y que siempre pensamos que no usaríamos nunca más en la vida), del ángulo de apertura de la válvula mariposa de la admisión para calcular la cantidad de masa de aire que entra al sistema; con ese valor -y la lectura de la posición del acelerador- hace un cálculo preliminar de la cantidad de combustible que deben alimentar a los cilindros en el primer tiempo del motor, llamado también “admisión”; cosa que logra poniendo el voltaje preciso en cada inyector con una unidad de tiempo determinada. Una vez terminado el cuarto tiempo “Escape” en los cilindros, la ECU lee los valores del segundo sensor (el que está en el múltiple de escape o header) que le dice a la misma la cantidad de oxígeno que está pasando por allí.

Debo hacer un alto y recordarles (también de la preparatoria) que la combustión de hidrocarburos (todos los combustibles lo son) es una reacción química exotérmica -o sea- que genera calor, pero que es incompleta, esto significa que de ella se generan óxidos de carbono (monóxido y dióxido) gases tóxicos, por cierto; agua y residuos de carbón, conocidos vulgarmente como “carbonilla” entre otras sustancias o impurezas que estuvieran en el combustible.

Volviendo al tema, la computadora (ECU) sabe entonces que si hay mucho oxigeno saliendo de la cámara, eso significa que había poco combustible, por lo cual aumenta el tiempo de apertura de los inyectores; por el contrario, si hay poco oxígeno en la salida, significa que había mucho combustible y por tanto debe reducir el tiempo de inyección. Este ciclo se repite una y otra vez, ajustando la riqueza de la mezcla de manera sinusoidal, o sea, que si hacemos una gráfica del proceso, el resultado sería una curva que va subiendo y bajando constantemente, tratando de ser cada vez más recta. Cuando ese valor llega a su nivel más preciso, se dice que a los cilindros está entrando una mezcla “estequiométrica” o ideal formada por 14.7 partes de aire y una de combustible. En ese punto, el motor estaría utilizando la cantidad de combustible exacta para la carga que necesita, por tanto, sería lo más eficiente y eficaz posible; lo cual sería magnifico si estas condiciones de carga se mantuvieran constantes, pero pisar un poquito más o menos el acelerador, equivaldría a modificar todo el proceso una y otra vez.

¿Y el Check Engine? Pues en la falla de que les quiero hablar hoy, el testigo nos está avisando que esa mezcla no está bien y puede ser por varias razones. La primera de ellas es la calidad del combustible. El octanaje, en el caso de la gasolina, nos da un índice de la resistencia de esta a la detonación -entre más alto sea este valor- más resistente será la misma a detonar antes de tiempo y por tanto será mejor, porque cumplirá con el cálculo y la programación que hizo el ingeniero que diseñó el motor; por esa razón algunos autos solo admiten una calidad de gasolina superior, mientras que otros, admiten literalmente cualquier cosa en el tanque.

También puede suceder, que haya una entrada de aire “falso” al sistema, producido por un empaque defectuoso o una unión incorrectamente ajustada en los conductos de admisión, entre otros problemas físicos; estos provocarían que la lectura de salida no se corresponda con la de entrada y por tanto la ECU -literalmente- no sabe qué hacer y nos avisa que tomemos cartas en el asunto.

Otra de las razones, muy común por cierto, es que la ECU no logra equilibrar el ciclo de riqueza-empobrecimiento de la mezcla con los valores descritos, en cuyo caso utiliza la lectura del tercer sensor, aquel que está ubicado después del convertidor catalítico (o catalizador) y con este resultado, intenta nuevamente reiniciar el cálculo del ciclo. Esa lectura le dice también a la ECU como está la “salud” del convertidor catalítico, pues comparando los valores del segundo y tercer sensor, se podrá saber que cantidad se está quedando en este dispositivo. Igualmente, si le lectura del volumen del último sensor es baja, eso significa que ese elemento está ya muy tupido o tapado, o sea, que su vida útil esta llegado a su final y hay que sustituirlo.

En los dos casos que les he descrito, el motor seguirá funcionando, aunque no será eficiente y lo notarán en que estará gastando más combustible de lo habitual, por lo cual les recomiendo llevar el mismo a un técnico que revise y pueda corregir el problema. En otros casos más simples, el testigo encendido les estará avisando que -por ejemplo- alguna impureza provocó valores anormales en las lecturas de los sensores; esto lo sabremos porque la ECU nos permitirá borrar el código de falla (es uno temporal, mientras que el fallo de admisión o del catalítico son permanentes y por tanto, no se borrarán hasta que se solucione la causa)

Finalmente les quiero comentar que la ECU genera un “mapa o tabla de valores”, que guarda en su memoria y que le sirve como guía diaria de funcionamiento. Esta tabla se puede ver modificada si de pronto cambian drásticamente los valores reales, cuando ponemos un combustible de composición muy diferente en el auto o cuando cambia la cantidad de oxígeno en el aire que entra a nuestro motor, en cuyo caso la computadora desechará los valores “aprendidos” y los sustituirá por los nuevos.

¿Les parece difícil? ¡No lo es, el funcionamiento es complejo!

Agradecemos esta larga nota a nuestro nuevo colaborador internacional: Alín Hidalgo Fonseca, que nos escribe desde Tampa, Florida EUA y es un experto en los temas que nos apasionan

¿Dejas tu auto mucho tiempo sin usar?

Algunos consejos para cuidar tu vehículo cuando está estacionado por mucho tiempo

¿Tu auto está inactivo o planeas dejarlo estacionado una temporada?

Los autos que pasan largos períodos sin uso también necesitan ciertos cuidados para mantenerse en buen estado, como revisar la presión de las llantas y cuidar la batería.

Aquí te van algunos consejos que debes seguir:

1.Aunque no lo vayas a usar, es ideal que enciendas el vehículo al menos cada 10 o 15 días por 10 minutos. Esto activa la batería y permite la circulación de aceite, liquido refrigerante y combustible.

Cuando enciendas el vehículo después de unos días deja que gire a ralentí por unos segundos

2. En la medida de lo posible, mueve el vehículo unos centímetros para cambiar los puntos de apoyo de los neumáticos y evitar deformaciones en ellos. Si lo vas a dejar parado más de un mes es mejor que lo levantes con un gato y coloques torres en cada una de las esquinas para que las llantas no se deformen irremediablemente.

3. Es importante que revises el desgaste de las llantas. Puedes verificarlo con el Tread Wear Indicator (TWI), que se encuentra a un lado de las llantas; si es visible, es hora de cambiar los neumáticos.

4. También realiza una revisión periódica de la presión de los neumáticos, sobre todo si has dejado el vehículo sin movimiento por más de 30 días, pues puede haber deformaciones.

5. Si tu vehículo no puede estar bajo la sombra, lo recomendable es cubrirlo con una funda para evitar manchas y oxido ocasionados por la lluvia y el sol.

Es muy importante que la funda sea específica para exteriores en el caso que aplique

6. Por último, cuando vuelva a circular, es recomendable llevarlo a revisión para evaluar el estado del motor, los neumáticos y los niveles de todos los líquidos.

Con estos consejos podrás mantener tu auto en buen estado hasta que decidas volver a usarlo.

Consejos de prevención para tus llantas en temporada de lluvias

La temporada de lluvias ya inició, y en estas épocas del año en la que el agua no cesa siempre existen riesgos al volante.

Carreteras resbalosas, inundaciones, encharcamientos y terreno enlodado están a la orden del día, es por ello que es esencial la precaución al manejar y sobre todo tener nuestro auto en las mejores condiciones posibles.

En este sentido, las llantas juegan un papel muy importante, pues nos proporcionan un agarre y frenado para evitar los derrapes y pérdidas de control en carreteras resbalosas. Aquí te enlistamos algunos consejos para tener unas llantas en óptimas condiciones para tu seguridad en este temporal de lluvias.

1.-Inspección y mantenimiento preventivo: Es importante que se haga una inspección y mantenimiento preventivo de las llantas frecuentemente, lo recomendado es realizarlo mínimo una vez al mes en donde se revise el nivel de desgaste, la presión de inflado y en su caso la rotación de las llantas cada cinco mil kilómetros, además es necesario siempre estar alertas de cualquier cambio en los neumáticos.

2.-Frenado: Poner atención a la hora de frenar. Hay que tener en cuenta que el piso mojado genera una película entre las llantas y el piso, así que la mejor manera de frenar es haciéndolo de una forma suave, tomado en cuenta que con el piso mojado las distancias de frenado se duplican y si son en alta velocidad se triplican.

3.-Velocidad: Es crucial respetar los límites de velocidad, recuerda que a mayor velocidad sobre superficies mojadas, las llantas tendrán que desplazar una mayor cantidad de agua, por lo que la moderación de velocidad nos ayudará a evitar los derrapes en el camino o el llamado fenómeno de aqua o hidroplaneo.

4.-Distancia: Las llantas pierden adherencia a la hora de conducir en caminos mojados, por lo tanto tu auto necesita un espacio mayor para darle tiempo de frenar sin peligro.

5.- Limpiadores: Si bien no tienen nada que ver con las llantas, los limpiaparabrisas también están hechos de hule, y necesitan supervisión, revisión y sustitución dado el caso. Son refacciones de bajo costo y fácil intercambio que hacen TODA la diferencia en un viaje con lluvia

Por último te recordamos que siempre antes de salir a carretera revises que el kit de herramienta, gato y manivela estén completos y que la llanta de repuesto vaya en la cajuela y en perfecto estado. Las compresoras pequeñas y los aerosoles de espuma inflallantas tampoco estorban.

Precio de los boletos para el GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO FORMULA 1  2024

Precio de los boletos para el GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO FORMULA 1  2024, que se llevará a cabo en el Autódromo Hermanos Rodríguez del 25 al 27 de octubre del próximo año.

La Preventa Citibanamex y la Venta Anticipada Banorte se realizarán el lunes 13 de noviembre a partir de las 10:00 hasta las 23:50 hrs., mientras que la venta general al público con cualquier método de pago será a partir del martes 14 de noviembre, a partir de las 10:00 hrs.

Los interesados en adquirir sus boletos en esta fase de preventa podrán hacerlo únicamente a través del portal de Ticketmaster. Esta venta estará limitada únicamente para los tarjetahabientes de Banorte y Citibanamex quienes podrán adquirir sus entradas a 6 o 12 meses sin intereses en cualquier periodo de venta. Durante la venta al público general podrán pagar con la tarjeta de su preferencia.

Para impulsar una venta de boletos más equitativa y que más aficionados tengan la oportunidad de disfrutar del evento, la preventa se realizará solamente durante 1 día. Por otra parte, se garantizará stock de boletos en cada una de las etapas de venta y se limitará a una venta máxima de cuatro entradas por transacción.

Por otra parte, aunque Ticketmaster tiene la posibilidad de realizar hasta cuatro mil transacciones por minuto, la demanda puede ser más alta que la capacidad del sistema, por lo que deberás tener paciencia al momento de realizar la operación y durante la fila virtual de Ticketmaster.

LISTA DE PRECIOS BOLETOS MÉXICO GP 2024:

Consultar mapa de gradas en la imagen adjunta

Zona Verde

Zona Naranja

Zona Azul

Zona Amarilla

Zona Café

Personas con discapacidad $3,700

Para mayor información consulta el sitio oficial del México GP y sus redes sociales.

*Con información TEXTUAL del GP de México y sus organizadores

Subasta de un Ferrari GTO

La casa Sotheby's en Nueva York subastó un Ferrari GTO por 51,7 millones de dólares, lo que lo convierte en el Ferrari más caro jamás vendido en la subasta.
El auto protagonista de esta historia, es el chasis número 3765 y fue parte del equipo oficial de Ferrari en los 1000 km de Nürburgring de 1962 y se diferenciaba por contar con un motor de 4 litros de 390 hp, frente a los 3 litros de los otros GTO's del equipo.
Con mucho palmarés y pedigrí de carreras la victoria en su categoría y un segundo general en los 1000 KM de Nürburgring de 1962, tambien tuvo buena actuación en las 24 de Le Mans los pilotos fueron Mike Parkes y Lorenzo Bandini para la Scuderia Ferrari.
Hasta el día de la subasta -13 de nov del 2023- el GTO formó parte de una coleccion privada en Ohio durante 38 años.
El Ferrari 3765 que vemos en las imágenes ha sido el que más alta cotización haya alcanzado en la historia de la marca, el martillazo final indico que el precio pactado fue de $51,7 millones de dólares -más comisiones-.
El Ferrari más caro hasta hoy, y aun se queda lejos del récord de récords que rompió hace un tiempo el Mercedes-Benz 300 SLR Coupé Uhlenhaut por el que un cliente desconocido pagó 135 millones de dólares.