La evolución de los trajes de los pilotos y equipos de la F1
Antecedentes
Antes de entrar de lleno a esta historia me gustaría marcar un hecho muy relevante en la F1 que como bien sabemos es un deporte peligroso y que en tiempos pasados la seguridad de los pilotos no era del todo una prioridad para las autoridades, así pues, comencemos...
El 1 de agosto de 1976, se produjo un accidente que cambió para siempre la seguridad en la indumentaria de los pilotos. En aquella temporada, Niki Lauda -campeón reinante- y James Hunt protagonizaban una intensa lucha por el campeonato, y el Gran Premio de Alemania, en el desafiante circuito de Nürburgring, era uno de los eventos más esperados y exigentes del calendario.
Así quedó el casco de Niki Lauda despues del accidente
En medio de la carrera, después de un cambio de llantas y con un buen ritmo en la competencia, la suspensión del Ferrari 312 T2 de Niki se rompió después de pasar por Bergwerk. Esto ocasionó que chocara contra el riel perimetral de la pista y el auto comenzara a incendiarse con él dentro. Lauda sufrió graves heridas que le hicieron perder su oreja izquierda y, además, tuvo daños en sus pulmones por la inhalación de humos tóxicos.
Ferrari 312 T2 después del accidente
Aunque se lea un poco cruel, gracias a este suceso, la FIA implementó normas de seguridad más estrictas en los trajes para protección en caso de incendios.
Juan Manuel Fangio conducía su Maserati en "mangas de camisa"
Pero remontémonos un poco más atrás. ¿Cómo eran los trajes en los inicios de la F1? La F1 nació en 1950, en ese entonces los trajes que “protegían” a los pilotos eran casi inexistentes, ya que principalmente vestían ropa de civil. Había quienes se preocupaban un poco más por su seguridad y portaban trajes empapados con químicos resistentes al fuego.
Graham Hill a bordo de su Lotus con cierta protección
La década pasó y llegamos a los 60´s, una época en la que, después de varios accidentes, la FIA decidió prestar mayor atención a la seguridad, implementando el uso de trajes ignífugos. Los avances tecnológicos en esta década fueron bastante relevantes, en 1967 el astronauta del Apolo 12, Pete Conrad, le habló a Bill Simpson, piloto de NASCAR, de un material resistente al fuego llamado NOMEX inventado y patentado por DuPont, una fibra sintética liviana y flexible que se carboniza cuando se quema, creando una capa de carbono en la tela que fungía como barrera que retardaba el fuego algunos segundos. Este material se popularizó entre los pilotos, quienes no solo usaban el traje fabricado con NOMEX, sino también la ropa interior.
Los trajes durante los años 70´s se volvieron incómodos y pesados. La FIA seguía endureciendo las normas de seguridad en lo que se refería a la indumentaria de los pilotos, y se lo tomarían mucho más en serio tras el accidente de Lauda. Los pilotos comenzaron a portar trajes pesados e incómodos, con muchas capas de NOMEX y otro material llamado Kevlar, una fibra sintética para-aramida con resistencia térmica.
Didier Pironi y Gilles Villeneuve con gruesos trajes
Los 80´s tuvieron pocos cambios en la tecnología de los trajes; se fueron haciendo cada vez más livianos, se reforzó la zona de las hombreras y lo que destacó en esta época fue la aparición de patrocinadores en los trajes, con colores más vistosos y publicidad de las marcas. Se empezó a cuidar la estética del traje, que al final le aportaba al piloto presencia en las pistas.
A mediados de los 90´s, los trajes no solo fueron obligatorios para los pilotos, sino también para el equipo, obligándolos a portar trajes ignífugos. El inicio de un nuevo siglo trajo consigo la mejora de las tecnologías y de las normas de seguridad.
Imposible de olvidar el incidente de Jos Verstappen en la parada de pits en el GP de Alemania en 1994
La Norma 8856-2018 de la FIA obligó a que los overoles de carrera, la ropa interior, guantes y zapatos pasaran por pruebas estrictas de confiabilidad, lo que aportó una mejora en lo que se llama el Índice de Transferencia de Calor, que resiste el fuego por 20 segundos. Además, se pone mucha importancia en la ligereza y comodidad del traje, ya que este es esencial en el rendimiento de los pilotos. Por ejemplo, Puma desarrolló un traje de carreras que pesa solo 650 g.
El infierno que puso a prueba la tecnología antifuego...
En 2021, Romain Grosjean, durante el GP de Bahréin, sufrió uno de los accidentes más aparatosos de la F1 en lo que va del siglo y vivió para contarlo. Grosjean perdió el control de su coche después de impactarse con Daniil Kvyat, tras la colisión, salió de la curva 3 del circuito de Sakhir y acabó estrellándose y traspasando los rieles perimetrales.
El impacto resultó en una explosión que lo envolvió en fuego. Grosjean salió de entre las llamas de su monoplaza después de tres intentos; pasaron 28 segundos antes de que pudieran auxiliarlo. Durante ese proceso, Romain tuvo que quitarse los cinturones, desprenderse del sistema HANS y tomarse del Halo para impulsarse y salir mientras llegaba el auxiliar de pista, quien lo ayudó a salir completamente del vehículo.
Si bien en el accidente influyeron mucho el sistema HANS y el Halo para que Romain solo saliera con heridas menores en las manos, otro de los factores importantes fue el traje ignífugo y sus complementos —ropa interior, calcetines, pasamontañas y guantes—. Este ejemplo es una muestra de los avances tecnológicos y de las estrictas normas de seguridad que ha implementado la FIA para que cada vez ocurran menos tragedias en las pistas.
Los trajes de los pilotos han evolucionado de ser una simple prenda de algodón a un complemento esencial para la seguridad de todos los involucrados en las competencias.