Vintage Concept Car: Porsche Panamericana 1989

Este concepto de Porsche, con similitudes al 911, se mostró por primera vez en 1989 y, por si lo estás pensando, sí, fue inspirado en la Carrera Panamericana y, además, fue un regalo de cumpleaños.

En 1989, Ferry Porsche cumplía 80 años, y en lugar de regalarle unos típicos calcetines, le regalaron este Concept Car que llamó la atención cuando fue presentado en el Salón de Frankfurt ese mismo año y dicho sea de paso el Panamericana se develó un año después de que en México se revivió la Carrera Panamericana bajo el formato de Rally y que se ha llevado a cabo ininterrumpidamente desde 1988 a la fecha.

Ferry Porsche posando al lado de su regalo de 80

Cuando este concepto llamó a la puerta, se pensaba que era un 911 con un estilo más ligero, una estética más atractiva sin perder su esencia, pero esto se convertiría solo en una fantasía. Sí, el Panamericana conservaba ciertas características del 911, pero era descapotable y tenía líneas de diseño futuristas. Mantenía ciertos elementos del 911, de los buggies para dunas y, obviamente, de los automóviles que competían en la Carrera Panamericana.

El diseño de la carrocería estuvo a cargo de Steve Murkett y Harm Lagaay, con la colaboración técnica de Ulrich Bez. Además de diseñarlo como regalo para Ferry, lo crearon con el firme objetivo de convertirlo en la próxima generación del 911. Al final del día, eso no sucedió, pero sí fue fuente de inspiración para el Porsche 911 Targa (993), el Boxster y el Panamera de 2010.

Llamó tanto la atención porque no era algo común en la época. Fue construido sobre el chasis de un 911 Carrera 4 Cabriolet y tenía la particularidad de ser un deportivo todoterreno, tan solo cambiando las llantas. Su carrocería era de fibra de carbono, con una caída más diagonal en su techo, y lo más sobresaliente: la cubierta de sus llantas.

El Porsche Panamericana era todo un "transformer"; era prácticamente 4 vehículos en 1: un targa, un descapotable, un coupé y un todoterreno. Un auto único en su tipo.

Respecto al desempeño del automóvil, contaba con un motor bóxer de seis cilindros y 3.6 litros que alcanzaba los 250 hp de potencia y tardaba 5.7 segundos en alcanzar los 100 km/h. Prometía llegar a una velocidad de 260 km/h y ser muy ligero.

Desafortunadamente, la producción de este concepto nunca se materializó, principalmente por los costos de fabricación. Pero Porsche no se quedó con las ganas de lanzar un todoterreno, y en 2002 salió a la venta el Cayenne, del que hablaremos en otra ocasión y que además ha sido un éxito comercial.

Se construyeron 2 automóviles: uno que se exhibió en el Salón de Frankfurt y el otro que se regaló a Ferry Porsche.

Mujeres al volante en La Carrera Panamericana

En 1898, Hélène Van Zuylen completó la carrera París-Ámsterdam-París, convirtiéndose en la primera mujer de la que se tiene registro en competir en una carrera de automóviles. Pero no fue a partir de ahí que las cosas se pondrían fáciles para el género femenino, pues, como bien sabemos, el deporte y la industria automotriz están hechos por y para hombres.

Se podría decir que, a partir de este siglo XXI, las cosas empiezan a cambiar. Aunque no son exactamente cambios profundos, los paradigmas en el ámbito automotriz comienzan a dar un giro de 180 grados, y cada vez son más los casos de mujeres que destacan en distintas competencias y en la competitiva industria del automóvil, como en el caso de La Carrera Panamericana.

Hélène van Zuylen

Todos conocemos La Carrera Panamericana, esa carrera mexicana en formato de rally única en su tipo que ha ganado fama internacional por ser una prueba de resistencia que combina la cultura y los paisajes del país.

La Carrera Panamericana se ha corrido en diferentes épocas: la primera, de 1950 a 1954, y la segunda, de 1988 hasta la actualidad. A lo largo de estos años han pasado infinidad de pilotos de todas las nacionalidades, y entre ellos hay mujeres que han destacado por su participación en una de las carreras más difíciles del mundo.

Jacqueline Evans

Jacqueline fue una actriz y corredora de autos de nacionalidad británica que se ganó el sobrenombre de "la actriz de las carreras". Se mudó a México al terminar la Segunda Guerra Mundial en busca de una nueva vida y se estableció en el país como actriz. Destaca su participación en cintas como Simbad el Mareado, al lado de Tin Tan en 1950, y El Suavecito en 1951.

La actuación no era la única de sus pasiones, también amaba los autos. No tenía mucha experiencia, pues solo había corrido en Saint Moritz, Suiza en 1946, pero eso no la limitó y no dudó en participar en La Carrera Panamericana cuando fue anunciada. Si bien Evans no fue la única mujer en participar en la edición de 1950, sí fue la única en competir como piloto, mientras que L. M. Warren y Marie F. Boone participaron como copilotas.

La actuación de Jacqueline fue muy importante en aquella época: fue la primera mujer piloto de La Carrera Panamericana y no solo participó en 1950, sino en todas las ediciones de la época antigua. Compitió contra todo pronóstico porque quería representar a las mujeres de México en La Carrera Panamericana.

En aquella primera ocasión, Evans pilotó un Chrysler Windsor 1947; al siguiente año, un Chrysler Saratoga; en 1953, un Porsche 356; y en la última carrera, en 1954, un Porsche 356 SL.

No todo fue fácil para Jacqueline; la prensa escrita, en muchas ocasiones, se preguntaba "¿Qué hace una mujer en La Carrera Panamericana?", a lo que respondían: "Exactamente lo mismo que un perro en una conferencia filosófica... no tienen nada que hacer en este tipo de evento".

Afortunadamente, esos comentarios nunca le importaron a Evans, y hoy es importante reconocer a la primera mujer piloto de La Carrera Panamericana, quien rompió estereotipos en una época y en un país que aún no estaban abiertos a ver a una mujer competir.

Angélica Fuentes

Angélica Fuentes es otra mujer que ha participado en La Carrera Panamericana, destacando en la época moderna.

Ha competido ni más ni menos que en 30 ediciones de la Carrera Panamericana, lo que le ha ganado el nombre de "La dama Panamericana". Su deseo es llegar a la Carrera número 50.

Angélica corrió su primer rally a los 16 años, en una competencia de rallies universitarios organizada por el promotor Manuel “Chacho” Medina. Su larga trayectoria incluye el Campeonato Mexicano de Rally, el Campeonato Mundial, la subida de montaña de Pikes Peak, el Rally Chihuahua Express y, en Londres, donde reside actualmente, competencias de autos vintage en un club de autos antiguos.

En La Carrera Panamericana de 2006, participó como navegante de Gabriel Pérez a bordo de un Ford, con el cual Angélica se convirtió en leyenda al ser la primera mujer en la historia de La Panamericana en ganar la prueba.

En años posteriores también logró buenos resultados. En 2007, junto con el piloto estadounidense Doug Mockett, lograron la 2.ª posición; al año siguiente, el 3.er puesto; y en 2011, nuevamente el 2.º lugar.

Angie es una gran apasionada del automovilismo y guarda un cariño especial a La Carrera Panamericana, que considera una joya que debe cuidarse y preservarse.

Laura Damiron

Laura Damiron es una copilota de origen brasileño que empezó a competir en La Carrera Panamericana en 2015.

En 2015, su esposo le propuso correr La Carrera Panamericana, y pasó los primeros meses del año preparándose y estudiando todo lo necesario para ser copilota. Ese año, en su primera Carrera, ganaron 6 etapas de 7, pero no pudieron llevarse el triunfo debido a un mal cálculo de tiempo que les costó 30 segundos de penalización.

Sin embargo, 2016 fue su año: no dejó de prepararse, y los esfuerzos dieron frutos; la pareja se llevó su primer título en La Carrera Panamericana, que, en palabras de Laura, siempre tendrá un lugar muy especial en sus recuerdos.

En 2017 y 2018, la competencia fue muy reñida, logrando el 2.º lugar en ambas ocasiones. La carrera de 2019 tuvo algunas complicaciones, pero Laura y su esposo Hilaire guardan buenos recuerdos de esa edición.

Su segundo título absoluto llegó en 2023, una Carrera muy especial por ser el 70.º aniversario de la victoria de Manuel Fangio en La Carrera Panamericana en 1953. Laura y su esposo levantaron un trofeo conmemorativo en el podio. Este año, 2024, lograron otro segundo lugar.

Laura lleva ya 10 años compitiendo en La Carrera Panamericana y, para ella, participar en esta competencia significó superar el miedo y encontrar el combustible para cada momento que vive.

La Panamericana no solo ha contado con la participación de Jacqueline, Angelica y Laura. También en esta lista queremos mencionar a Liz Tejeda, Ana Narro, Majo Rodríguez, Teresita Panini, Kimberly Elsnier, Shirley Ward, Ana Inés Goñi, Carol Spagg, Karla y Licha Carter y cada año la lista se hace más grande, demostrando que en la Carrera Panamericana no importa el género sino la pasión y disciplina.

La Historia de La Carrera Panamericana México: Parte 2

En la primera parte de esta historia revisamos los antecedentes de La Carrera Panamericana celebrada entre 1950-1954. En esta segunda entrega vamos ha hablar sobre su organización.

El siguiente paso fue la organización. El comité organizador estuvo conformado por Enrique Martín Moreno, el General Beteta (presidente de la A.N.A.), el señor Rómulo O’Farril y el licenciado Agustín García, Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, quienes fueron los comisionados para especificar los requisitos de los corredores, establecer las medidas de control de seguridad y de servicio, acomodar las etapas, la publicidad y el financiamiento.

Antonio Cornejo (izquierda) director del patronato de la Carrera Panamericana y Manuel Barber (derecha) jefe de inspectores de la Secretaría de comunicaciones

Parte importante para llevar a cabo la carrera era el presupuesto. El gobierno del licenciado Miguel Alemán aportó la cantidad de $250,000.00 pesos de aquellos años, una cifra bastante considerable. Los estados por los que pasaría la carrera dieron algunos donativos, algunas empresas apoyaron con refacciones, y con la ayuda de asociaciones extranjeras, como lo fue la AAA (American Automobile Association), se logró la asistencia técnica.

En el camino surgieron algunas preguntas. La primera fue: ¿se podrían recorrer 3,500 kilómetros en una etapa? La respuesta fue que no, así que decidieron que fueran varias etapas con un día de descanso entre cada una de ellas. Pero, ¿cuál sería la primera? ¿Desde dónde iniciaría? Para ese momento, el tramo Tuxtla-El Ocotal aún no estaba culminado, querían que iniciara desde ahí, pues creían que, si se iniciaba desde ese punto y terminaba en C.D. Juárez, el impacto publicitario sería mayor. Sin embargo, al final tomaron la decisión de que se iniciara en C.D. Juárez. El debate continuó y ahora se centró en la fecha del evento y en el nombre de la carrera. Como sabemos, el día que se eligió fue el 5 de mayo de 1950 y, con respecto al nombre, los organizadores opinaron que tenía que ser de sencilla pronunciación y fácil de recordar, sobre todo para los vecinos del norte, pues es donde se buscaba mayor publicidad. Después de tanto buscar, se quedaron con el nombre de “La Carrera Panamericana”, que por cierto fue la propuesta del presidente Miguel Alemán.

Empresa patrocinadora de refacciones para los coches panamericanos

Inició toda una campaña publicitaria para las inscripciones. Mandaron a hacer boletines de prensa en Estados Unidos, crearon el reglamento y, cuando lo tuvieron listo, lo mandaron a imprimir en inglés y en español. Los precios de las inscripciones empezaron por la cantidad de $5,000.00 y terminaron siendo $3,000.00 pesos de aquellos tiempos. Los organizadores esperaban que hubiera 30 inscripciones, pero a un mes de la carrera ¡solo tenían 20! Para solucionar la falta de competidores, pidieron a todos los estados que iban a participar que mandaran las inscripciones de sus corredores. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se había unido a la celebración inscribiendo un automóvil.

Con el problema de la falta de inscripciones resuelto, se dieron a conocer los premios. El primer lugar fue de $150,000.00, el segundo lugar de $100,000.00 y el tercero de $50,000.00; además, los ganadores de cada etapa se llevaron: el primer lugar $2,000.00, el segundo lugar $1,000.00 y el tercer lugar $500.00. (Un jugoso monto en esa época)

Asi se anunciaban los premios de la Carrera Panamericana en los periódicos para incentivar las inscripciones

Mientras la organización continuaba, la Secretaría de Relaciones Exteriores invitó a países como Francia, Italia y de Sudamérica para que participaran con la promesa de no pagar su inscripción. Desde Europa llegaron grandes personajes del automovilismo como Taruffi, apodado como el “zorro plateado”, y Felice Bonetto, con su característica pipa. El General Beteta y el señor Cornejo dieron una gira por California para convencer a los pilotos de participar en el certamen, dándoles seguridad sobre los premios y el reglamento. Todo esto sirvió para que a último momento los corredores se inscribieran en la competencia, dando como resultado 132 competidores. El mayor número de participantes fue de Estados Unidos, con 59 pilotos inscritos. Nuestro país no se quedaba atrás: 57 eran los pilotos que buscaban poner en alto el nombre de México, y países como Colombia, Venezuela, Perú, Guatemala, El Salvador, Italia, Francia y China buscaban un lugar en la Carrera Panamericana México.

Los autos que participaron fueron supervisados y autorizados por el comité: automóviles de Turismo, de Serie (Stock). Las marcas que reinaban en la competencia eran principalmente norteamericanas; sus diseños eran reflejo de la bonanza económica que Estados Unidos vivía después de la Segunda Guerra Mundial, dignos de una potencia mundial.

Encontrábamos a Buick, automóviles grandes y bellos, con una línea de diseño elegante, de dos o cuatro puertas, sedanes, coupés y convertibles; Cadillac, Chevrolet y Chrysler, entre otros, eran los preferidos. En total, fueron 120 automóviles norteamericanos inscritos, mientras que europeos solo fueron 6.

Taruffi (izquierda) y Bonetto (derecha), la polémica de sus participaciones generó tanto revuelo que salió en los diarios de la época

Entre los autos europeos estaban dos Alfa Romeo, piloteados por Bonetto y Taruffi, quienes generaron una polémica entre los demás competidores. No querían que Taruffi y Bonetto compitieran, pues creían que contra esos automóviles no había posibilidad de una carrera equitativa, por lo que no estaban dispuestos a competir si los automóviles no eran descalificados. No existió ningún argumento sólido para descalificar a los Alfa Romeo, así que se decidió que siguieran en la competencia.

Los nervios de la competencia no quitaban la alegría que se sentía entre los competidores y organizadores; sería una fiesta nacional. La noticia puso de buen ánimo al pueblo mexicano: un momento histórico en el que se iba a presenciar un espectáculo como los que solían verse en Europa, una competencia en la que se mostraría al mundo la belleza y el progreso de México. Tal fue la emoción que los corresponsales de la Afición relataban desde Chihuahua: “Enorme es el entusiasmo que ha despertado aquí la Carrera Panamericana. Tan entusiasmada está la gente por ella, que, con el propósito de que todo el mundo pueda asistir a la llegada de los corredores a esta ciudad, al terminar la primera etapa alrededor de las 12 del día 5, los comercios locales habrán de permanecer cerrados”.

La gente se congreaba en los hoteles de los corredores para poder verlos antes de la competencia

Y como en toda gran fiesta, se debían prever imprevistos y evitar accidentes. Los militares alistaron a personal de seguridad para que impidieran que la gente invadiera la carretera. Los participantes se hospedaron en Ciudad Deportiva, donde también se iban a resguardar los automóviles al finalizar la primera etapa.

Con todos los preparativos listos, la Carrera dio inicio...

Pronto te compartiremos la 3ra parte de la historia, estén pendientes

La Historia de Carrera Panamericana México: Parte 1

Hoy la Carrera Panamericana es una de las competencias más importantes y únicas en el mundo, además de ser uno de los recorridos más largos del mundo en donde participan pilotos de todo el globo terraqueo, su formato de rally en carreteras públicas con distintos terrenos, en donde participan autos antiguos y modernos, la hace una carrera de resistencia.

"La Pana" tiene dos etapas en su historia: la época antigua, que va de 1950 a 1954, y la época moderna, que va de 1988 hasta la fecha. Tras varios años de tradición, La Panamericana ha colocado a México como un referente en el deporte automovilístico.

A lo largo de varias entregas te contaremos su historia. En esta primera parte descubriremos juntos los antecedentes y el contexto por el que nace la Carrera Panamericana.

Un repaso por las Carreras en México previo a "La Pana"

Para entrar en contexto, las carreras de automóviles comenzaron en Europa durante el siglo XIX como demostraciones en las cuales las marcas podían exhibir lo que eran capaces de realizar sus vehículos. Con el tiempo, los coches pasaron a competir, volviéndose una tradición y creándose así las carreras de automóviles.

A partir de 1900, las carreras de automóviles se harían cada vez más populares, convirtiéndose en una especie de escaparate para que el automóvil adquiriera notoriedad en las masas y así pudiera tener mayor aceptación en el público, ya que, como con cualquier cambio, siempre existen detractores.

Los primeros circuitos se construyeron a inicios del siglo XX

El siglo XX significó para las contiendas automovilísticas el inicio de circuitos específicamente creados para este deporte, ya que en un inicio se competía en caminos públicos que eran cerrados temporalmente, aunque existieron excepciones, como por ejemplo el caso de Gran Bretaña, en donde las carreras en la vía pública estaban prohibidas, excepto en la Isla de Man. Algunos de los primeros circuitos fueron el circuito Dieppe en Francia, el circuito Brooklands en Inglaterra en 1907 y el circuito de Indianápolis en 1911.

En el caso de México, se tiene registro de que el automóvil llegó a finales del siglo XIX por medio de las importaciones que realizaron las familias Limantour y De Teresa, cambiando no solo la estructura social sino también la infraestructura de las ciudades del país. Creció el interés por construir carreteras por las cuales pudieran transitar los automóviles. Como consecuencia, aquellos que tenían la oportunidad de poseer un vehículo realizaban excursiones turísticas que empezaron a considerarse como un deporte.

El primer automóvil en llegar a México fue un Delaunay Belleville

¿Te has preguntado cuáles fueron las primeras carreras de automóviles en México? Las primeras carreras de las que se tiene conocimiento se organizaron en Guadalajara y estuvieron a cargo del Club Automovilista de esa ciudad los días 12 y 13 de mayo de 1907. A partir de aquellas primeras carreras, el deporte se expandió y se crearon nuevas rutas como, por ejemplo, México-Toluca, México-Puebla y México-Guadalajara, también en el Hipódromo de la Condesa y el llamado Circuito Chapultepec.

México, a inicios del siglo XX, ya empezaba a forjar una tradición del deporte del motor, que se iría incrementando en la primera mitad del siglo. Bajo este contexto en el cual empresarios, familias pudientes, gobierno y sociedad en general destinaban interés y recursos al deporte, la Carrera Panamericana en 1950 hace su aparición.

Primero fue la Carretera Panamericana

Para empezar a hablar de La Carrera Panamericana es necesario que entendamos lo que estaba ocurriendo en la política de México, del continente en ese momento y remontarnos cuando el ferrocarril era el medio de transporte más popular.

A finales de 1800, la hermandad y fraternidad entre los estados americanos era una de las principales prioridades de los gobiernos en el continente, con esa necesidad latente se proyectó en el ferrocarril Panamericano. Ya situados en 1902, se discutió de manera permanente en las Conferencias Internacionales Americanas sobre la culminación de un ferrocarril panamericano, pero en 1928 la idea cambió porque el automóvil empezaba a tener mayor popularidad. En 1936, la Unión Panamericana, que tenía miembros de todo el continente, entre ellos, por supuesto, México, realizó una convención en Buenos Aires, donde se dio inicio a un proyecto que se denominaría Carretera Panamericana, teniendo como principal motivación la comunicación entre todas las repúblicas americanas y así crear una hermandad en el continente.

La carretera tuvo como punto de inicio Alaska y terminaba en la Tierra del Fuego, Argentina, teniendo una distancia de 48,000 km. El tramo correspondiente a México se culminó durante el sexenio de Miguel Alemán. La carretera recorrió más de 11 estados de la República Mexicana: Puebla, Oaxaca, Ciudad de México, Chiapas, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Chiapas, sumando 3,500 km.

La Carretera Panamericana es considerada la carretera más larga del mundo

Hay que resaltar que México fue uno de los primeros en culminar el tramo que le correspondía y, para festejar -que casi no se nos da- y dar a conocer los esfuerzos del gobierno alemanista por exportar una nueva perspectiva cultural y económica del país, el presidente Miguel Alemán apoyó la iniciativa de una competencia de velocidad para promocionar la carretera y por supuesto a México.

Esta idea surgió durante los primeros meses del año 1949. Lo que inició como un desfile de automóviles terminó en una competencia, esto gracias a la influencia de una publicación de la ANA (Asociación Nacional de Automóviles) sobre carreras europeas y al gran interés de corredores estadounidenses.

Propaganda en el periodico Esto para promocionar la Carretera Panamericana

Para agosto de ese mismo año se tenía ya al comité organizador. Era muy importante dar a conocer este acontecimiento porque no solo era una carretera común, sino que consigo traería la comunicación de toda la república y, a la par, daría a conocer los bellos paisajes a los turistas nacionales y extranjeros.

Con la aprobación y apoyo del Gobierno La Carrera Panamericana empezó a cocinarse.

Fin de la 1ra. Parte