Lincoln SS-100-X: Símbolo de una tragedia Presidencial

Uno de los sucesos que han marcado la historia del mundo sin duda alguna fue la muerte de John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos Americanos. Su vida estuvo llena de conspiraciones y detractores que lo llevaron a la muerte en un ataque directo el 22 de noviembre de 1963.

Jonh F. Keneddy es considerado uno de los Presidentes más jovenes que ha tenido Estados Unidos.

Eran las 12:30 horas cuando Kennedy viajaba por Dealey Plaza junto con su esposa Jacqueline y el gobernador de Texas, John Connally, en un automóvil Lincoln descapotable cuando entre los gritos y aplausos de la multitud se escucharon disparos que lograron herir al presidente más joven de los Estados Unidos. Inmediatamente el equipo de seguridad lo llevó de emergencia al hospital Parkland Memorial, sin embargo no pudieron salvarle la vida y murió a las 2:27 horas, tras varias investigaciones se descubrió que el responsable había sido Harvey Lee Oswald, que disparó al menos en tres ocasiones desde el edificio de la School Book Depository.

La escena que se logró grabar en el momento justo se ha reproducido miles de veces, y aún hoy en día es digna de análisis, pues su deceso causó un gran impacto en la vida social, política y cultural de toda una generación norteamericana.

El día del atentado.

Sin embargo nuestro personaje principal en este relato no es Kennedy, sino el automóvil donde viajaba al momento del atentado, el Lincoln Continental 74A descapotable de 1961, producido por Ford Motor Company.

No es secreto que Keneddy tenía una gran relación con Ford, en su gabinete estuvo Robert McNamara, que había sido presidente de la compañía durante el lanzamiento del famoso Falcon, por lo tanto era de suponer que se le encargara a Ford Motor Company el sucesor de la limusina Lincoln Bubbletop de 1950 que se empezaba a ver anticuada.

El proyecto fue nombrado por el Servicio Secreto como SS-100-X, y modificado por la empresa Hess & Eisenhardt y entregado 5 meses después de la llegada de Keneddy al cargo presidencial. El costo del automóvil fue una locura, pues en total se gastaron 200,000 dólares de aquella época, un precio bastante contrastante, pues el Lincoln costaba apenas 7,347 dólares.

El Lincoln fue nombrado por el Servicio Secreto como SS-100-X

El coche lucía un color azul medianoche y respecto a las características tecnológicas, portaba radioteléfonos, luces intermitentes, estaba equipado con una sirena, aire acondicionado, peldaños para los guardespaldas y tal vez lo más importante, un asiento trasero que se elevaba 30 centímetros para que el Presidente sobresaliera del automóvil, con esto queda claro que el aspecto de seguridad era inexistente, pues no contó con ningun tipo de blindaje.

El detalle de los peldaños es un detalle único que solo el Presidente se pudo dar lujo.

En 1962 y 1963 el automóvil se siguió modernizando, pues no querían dar una mala imagen, para dicho fin se le fue colocada la parrilla características de los nuevos modelos de esos años.

¿Qué paso con el Lincoln después del atentado? El SS-100-X fue decomisado por el FBI y se creó un comité que estaba conformado por el Servicio Secreto, Centro de Investigación de Materiales del Ejército, Hess & Eisenhardt y Pittsburgh Plate Glass Company para las investigaciones. Aunque se podría pensar que el auto salió de circulación, lo cierto es que no y la Casa Blanca aprobo su restauración, la cual consistió ahora si, en una mejora en la seguridad, se añadieron vidrios antibalas y blindaje de titanio.

Así eran los interiores del Lincoln de Keneddy.

El automóvil estaba listo para su uso en mayo de 1964 y posteriormente se le fueron añadiendo más modificaciones con los años, y aunque se usaba ocasionalmente, preferían usar otras limusinas, por si las dudas. El Lincoln SS-100-X estuvo en servicio hasta 1977.

Si quieres conocer el mítico SS-100-X puedes viajar a Michigan, en Detroit y visitar el Museo Henry Ford donde se exhibe actualmente y puedas comprobar si esta embrujado o no.