Desde aquella primera carrera de automóviles que fue organizada por el periodista Pierre Giffard de la revista Le Petit Journal en 1894, el debate por la seguridad de los pilotos y de la óptima organización de las competencias fue generando mayor interés entre la comunidad automovilística. Los inicios de las carreras no fueron como las conocemos ahora; los caminos y circuitos no estaban asfaltados, no existían barreras de seguridad que detuvieran o amortiguaran a los automóviles en caso de colisiones, los autos no llevaban cinturón de seguridad y los pilotos muchas veces se rehusaban a usar cascos, lo que ponía en riesgo no solo a los pilotos sino a los asistentes. Un caso trágico es el famoso accidente de las 24 horas de Le Mans en 1955, donde el piloto Pierre Levegh y 84 asistentes fallecieron y otros más quedaron gravemente heridos tras chocar su Mercedes con el de Lance Macklin, que salió disparado hacia la multitud.
Los caminos en los inicios de las carreras no eran adecuados para competir
Hoy en día, la federación que se encarga de la regulación de gran parte de las competencias es la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Corría el año de 1904 cuando, en una reunión en París, se aliaron doce clubes de todo el mundo para formar la Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus (el antecedente de la FIA). Durante los primeros años de esta alianza, los objetivos de los miembros eran la regularización de las carreras de automóviles, la seguridad de las competencias y velar por los intereses de todos los involucrados. Los campeonatos que organizaron durante las décadas de los 20 y los 30 fueron el World Manufacturers Championship y el European Grand Prix Championship.
Cuenta la historia que los pilotos de incios del siglo XX solo usaban sus cascos para no despeinarse
Al término de la 2da Guerra Mundial, exactamente en 1947, decidieron renombrar la organización como FIA. Con el cambio de nombre vino también un cambio en las normas y reglamentos; la más importante, y que hasta nuestros días sobrevive, fue la clasificación de las carreras en tres niveles: Fórmula 1, 2 y 3, dependiendo de la cilindrada del vehículo. En 1950, la federación inauguró el Campeonato Mundial de Fórmula 1, dando comienzo a una nueva era para las competencias y sus agremiados.
Sede de la FIA en Paris
Actualmente, la FIA mantiene sus objetivos como eje rector y regulador de los eventos del deporte del motor. Las competencias que se encarga de organizar y vigilar son la Fórmula 1, 2 y 3, el Campeonato Mundial de Rally, carreras de resistencia y los campeonatos de energía alternativa. Este año, la Federación cumplió 120 años desde aquella reunión en París y se ha convertido en una de las organizaciones más importantes en pro del automovilismo deportivo, adaptándose a un mundo en pro de la sustentabilidad. Muchos podrán estar en contra o a favor de las decisiones que toma, pero sin duda ha sido firme en mantener uno de sus principales objetivos: que el deporte automovilístico se mantenga activo de forma segura y dinámica.
Y tu ¿Cómo te imaginas que sería el mundo del automovilismo deportivo sin la FIA?