Battista Farina nació el 2 de noviembre de 1893 en Cortanze d'Asti, Italia. Fue el undécimo hijo de la familia, por lo que se ganó el apodo “Pinin”, que significaba “el más pequeño”.
Un joven carrocero
Aunque aún era muy joven, a los 11 años empezó a trabajar en el taller de carrocerías de su hermano Giovanni, llamado Stabilimenti Farina. Pronto, Pinin desarrolló un talento nato para el negocio de las carrocerías y, con tan solo 18 años, tuvo la oportunidad de diseñar un radiador para el Fiat Zero.
Cuando tenía 25 años, emprendió un viaje a Estados Unidos para aprender diseño. En ese viaje, conoció a Ford, quien se interesó mucho en el joven Pinin, pero él tenía otros planes: abrir su propia casa carrocera.
Pininfarina emprendedor
Gianni Agnelli de FIAT y Pininfarina
En 1930, abandona la compañía de su hermano para emprender su propio negocio. En conjunto con sus socios, una tía rica y, ni más ni menos, que Vincenzo Lancia, fundó la fábrica en Corso Trapani, en Turín. Su taller comenzó con 90 empleados y pronto empezó a construir y diseñar de 5 a 10 carrocerías con líneas de diseño únicas y totalmente artesanales.
Farina se empezó a dar a conocer en el medio, dejando sus tarjetas de presentación donde pudiera, y comenzó a colaborar con marcas como Lancia, Alfa Romeo, Fiat, Cadillac y Mercedes.
Al finalizar la década de los 40, su taller ya tenía unos 5,000 empleados y producía aproximadamente 800 automóviles. La II Guerra Mundial lo detuvo todo, pero al año siguiente de finalizado el conflicto bélico, Farina volvió al juego y, en 1947, produjo el Cisitalia 202 coupé, un automóvil con toda la intención de competir con Ferrari y Alfa Romeo.
El diseño del Cisitalia marcó un precedente en el diseño automotriz. En 1951, fue expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y se presentó como "Uno de los ocho coches más notables de nuestro tiempo". Fue el coche que puso los estándares para los automóviles después de la guerra.
Cisitalia 202 coupé
Sus 20 años de trabajo lo colocaron en la cima del éxito automotriz. Colaboraba con Ferrari y Alfa Romeo, y además consiguió un contrato con Nash Motors para rediseñar el Ambassador y trabajar en el deportivo Nash-Healey, que se ganó el tercer puesto en las 24 horas de Le Mans. No fue poco, pues fue la primera vez que un carrocero europeo trabajaba con una marca estadounidense.
Nash-Healey
Para 1961, ya todo el mundo lo conocía como Pininfarina, por lo que el gobierno italiano en turno aceptó la solicitud de Battista de cambiar oficialmente su apellido a Pininfarina. Tras su gran aporte a la industria automotriz italiana, el gobierno le otorgó ese privilegio como un signo simbólico de gratitud.
Aunque Pininfarina amaba su trabajo, en sus últimos días decidió dedicarse a viajar y disfrutar de la vida. En 1961, cedió la compañía a su hijo Sergio y a su yerno Renzo Carli.
1600 Duetto para Alfa Romeo
El último auto que supervisó fue el 1600 Duetto para Alfa Romeo.
Pininfarina murió a los 73 años de edad el 3 de abril de 1966, un hombre que se preocupaba mucho por los detalles, porque él solía decir: “Sobre todo, debe ser hermoso.”