En una edición pasada hablamos del primer híbrido producido en masa: el Toyota Prius. En esta ocasión hablaremos del GM EV1, el primer eléctrico producido en masa y que se adelantó a su tiempo.
Un repaso por la historia de los primeros coches eléctricos
La historia de los coches eléctricos es mucho más antigua de lo que pensamos. Los automóviles eléctricos se hicieron una realidad durante el siglo XIX, empezando por la invención del motor eléctrico en 1828, diseñado por el ingeniero húngaro Ányos Jedlik. Seis años después, Thomas Davenport revolucionó la industria con un coche pequeño impulsado por un motor eléctrico. A él se le atribuye la creación del primer motor eléctrico alimentado por una batería.
Coche eléctrico de Thomas Davenport
Estos dos acontecimientos marcaron un quiebre que dio como consecuencia el desarrollo de otros experimentos y prototipos de coches eléctricos, así como tecnologías para hacer más efectivo el sistema de propulsión. En 1852, Gaston Planté inventó la batería recargable de plomo y ácido, sobre la cual Camille Alphonse Faure desarrolló una versión más eficiente.
Gaston Planté
A finales del siglo XIX, un joven y novato Ferdinand Porsche, gracias al encargo del fabricante austriaco de carruajes Jacob Lohner, dio a conocer su primer automóvil: el Egger-Lohner P1, el cual tuvo bastante éxito.
¿Qué le hizo pensar a Lohner que a sus clientes les gustaría un automóvil eléctrico? El empresario había viajado a Estados Unidos y allí se dio cuenta del gran auge que estaban teniendo los coches eléctricos. Decidió importar la idea, ya que a muchos clientes no les gustaban los coches de combustión interna debido al ruido que producían.
Egger-Lohner P1
Pero, como sabemos, el motor de gasolina ganó la batalla. El modelo que implementó Henry Ford con su Modelo T, que redujo los costos de producción de los autos de combustible, sumado al escaso desarrollo de nuevas tecnologías para las baterías eléctricas, hizo que en la década de los 20 el automóvil de gasolina ganara el concurso de popularidad entre los consumidores.
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la electrificación del automóvil se veía únicamente en prototipos, sin una intención real de producción en masa. En la década de los 60, empresas como Henney Motor Company de Nueva York y Electric Fuel Propulsion Corp. de Michigan convirtieron Renault Dauphine y Renault 10 en coches eléctricos. Incluso se llegaron a instalar centros de carga, pero el proyecto no tuvo los frutos esperados. Las décadas de los 70 y 80 tampoco lograron revivir los automóviles eléctricos.
El primer eléctrico producido en masa
GM EV1
Retomando el tema principal, llegamos a la década de los 90 y al GM EV1. Este automóvil tuvo un antecesor: el prototipo Impact Experimental, presentado en el Salón del Automóvil de Los Ángeles de 1990. Era un vehículo de propulsión eléctrica con 32 baterías de plomo recargables, con un peso total de 1,400 kg.
Justo en ese año, Estados Unidos comenzaba a poner atención a las emisiones contaminantes. California se había convertido en el estado más contaminado de la región y, como solución, promulgó una ley que exigía que, a partir de 1998, el 2 % de los coches vendidos por las marcas fueran sin emisiones; 5 % en 2001 y 10 % en 2003.
Impact Experimental
Las presiones gubernamentales de la Ley ZEV (Zero Emissions Vehicle) obligaron a las marcas a encontrar una solución. General Motors ya tenía en marcha el Impact. El presidente general de GM había prometido una producción de 25 mil unidades; sin embargo, esto no se cumplió en su totalidad.
En total, se desarrollaron 50 prototipos del Impact, los cuales fueron destruidos. Con algunos tropiezos, el GM EV1 salió a la venta en 1996. Estaba equipado con un motor eléctrico y una batería de plomo-ácido para el modelo GEN I, mientras que el GEN II utilizaba una batería de níquel-metal hidruro. Entregaba cerca de 130 hp y tenía una autonomía de entre 130 km y 225 km.
El automóvil solo estaba disponible en California y Arizona. El sistema de comercialización fue el de arrendamiento, con precios de entre 399 y 549 dólares al mes. La intención de GM fue siempre mantener un perfil bajo con este modelo y tener más control sobre los vehículos en existencia.
El EV1 tuvo una segunda generación en 1999, también bajo el esquema de arrendamiento. Recibió muy buenas críticas y fue bien acogido por los usuarios. De esta generación se fabricaron 457 unidades.
Pero, de manera repentina, General Motors retiró el modelo de las calles. ¿Su excusa? Que los vehículos eran muy caros de mantener y que no había refacciones. Aunque algunos clientes intentaron conservarlos, enviando cheques de hasta 20 mil dólares, GM rechazó las peticiones. Todos fueron devueltos y destruidos en 2003.
Las especulaciones sobre la rápida destrucción de estos vehículos apuntan a la reducción de las presiones gubernamentales en torno a la Ley ZEV y, quizás la teoría más conspirativa, a la intervención de la industria petrolera para eliminar todo aquello que funcionara con energía alternativa.
A fin de cuentas, el EV1 se convirtió en el pionero de la producción en masa de coches eléctricos. Fue un automóvil bien recibido por el público y recordado con cierta nostalgia por ser un modelo adelantado a su época.
El impacto de este automóvil y su pronta desaparición lo convirtieron en el protagonista de un documental de 2006 titulado ¿Quién mató al coche eléctrico?, donde se detalla la historia de este modelo y los funerales que algunos dueños realizaron para despedir a su EV1.
Modelos EV1 en el deshuesadero
Como dato curioso, en 2019 apareció un GM EV1 en un estacionamiento de Atlanta, con claras señales del paso del tiempo. Uno de los pocos que lograron sobrevivir a la masacre.