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El Museo Walter P. Chrysler, un garage histórico que no sobrevivió a la crisis

Staff Hangar Media

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22/11/2024
- 3 minutes
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Por - Staff Hangar Media

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El Museo Walter P. Chrysler, un garage histórico que no sobrevivió a la crisis

Preservar, conservar y exhibir la historia de una marca automotriz no es solo una cuestión de ego, sino que responde a diversos factores.

En primer lugar, permite tener un registro de cómo ha evolucionado una empresa, lo cual contribuye a forjar la identidad de la marca. En segundo lugar, desde la perspectiva de la historia industrial, muestra los cambios tecnológicos y sociales que han surgido como consecuencia del nacimiento y desarrollo del automóvil. Por último, ayuda a revivir el pasado, hemos visto casos en los que, gracias a archivos históricos, se pueden retomar proyectos inconclusos o volver a producir modelos emblemáticos, como el Auto Union Type 52.

Parte de esta tarea recae en los museos. Las marcas automotrices se han propuesto abrir espacios en los que se muestre su historia, logros y avances tecnológicos. Tenemos, por ejemplo, los casos de Mercedes-Benz, Porsche, Nissan, Ferrari, Toyota, BMW, incluso Horacio Pagani tiene un museo dedicado a su evolución como constructor entre otros. Muchos de estos museos han sobrevivido al paso del tiempo, mientras que otros no, como es el caso del Museo Walter P. Chrysler.

El Museo Walter P. Chrysler se fundó en 1999 y, a inicios de 2012, cerró sus puertas debido a la baja afluencia de turismo. Ese mismo año, reabrieron solo durante ciertos fines de semana, pero el costo seguía siendo insostenible y finalmente cerró de manera permanente en el 2016. Sin embargo, el espacio y los automóviles permanecieron ahí hasta que Fiat Chrysler Automobiles (ahora Stellantis) lo convirtió en un cubo de concreto lleno de oficinas.

El cierre del museo se debió, como se mencionó anteriormente, a la baja afluencia, pero esto tiene un trasfondo más complejo. Recordemos que Detroit, donde se ubicaba el museo, pasó de ser el paraíso automotriz a enfrentar una crisis financiera que afectó el engranaje de toda la ciudad. Esto impactó el turismo, por lo que era de esperarse que recintos culturales que dependían de la asistencia turística terminaran por cerrar.

¿Qué tenía de especial este museo? Bueno, en sus distintas salas se exhibían automóviles de marcas como Chrysler, Dodge, RAM, Jeep, Plymouth, Eagle, AMC, Nash, Hudson y Rambler. Un verdadero garaje histórico.

El museo, que abrió sus puertas el 5 de octubre de 1999, estaba construido sobre una superficie de 55 mil metros cuadrados en la localidad de Auburn Hills y se dividía en tres pisos que albergaban 65 vehículos asociados al grupo Chrysler.

La planta baja te recibía con una columna vertical de acero que exhibía tres vehículos, dos de ellos conceptuales de distintas épocas y un ¡Viper! Después, pasabas a la exposición permanente, que relataba los primeros años de Chrysler. Se podían apreciar los primeros automóviles con el nombre Chrysler y vehículos que formaron parte del grupo, como DeSoto, Hudson, Nash, Rambler y Willys-Overland. Por último, la historia de la marca también se contaba a través de dioramas y una línea del tiempo.

En el primer piso, la exposición narraba la historia de la marca desde 1950 en adelante, destacando las innovaciones que Chrysler aportó a la industria, como la introducción del motor HEMI en 1951 y los soportes de motor “flotantes”. También, durante el recorrido, podías admirar el prototipo del Airflow de 1937 y el famoso Willys de la Segunda Guerra Mundial.

El segundo piso era un espectáculo de modelos más contemporáneos y emblemáticos de la marca, como el Dodge Super Bee, el Charger R/T, la primera Plymouth Voyager, un Chrysler Turbine —bastante avanzado para su época, pues era propulsado por un motor de turbina que podía funcionar, de ser necesario, con perfume— y modelos famosos como el Hudson Hornet. Sí, el mismo que inspiró al personaje de Doc Hudson en la película CARS.

Y, por último, el sótano. Su ambientación estaba inspirada en un garaje y contaba con una cafetería donde se exhibían Vipers. Durante el recorrido por este "garaje", te encontrabas con los modelos más impactantes de muscle cars: Dodge Shelby Charger Turbo, Plymouth Barracuda y Dodge Challenger.

Como dato curioso, también se encontraba un Chrysler Saratoga Club Coupé que corrió en la segunda edición de La Carrera Panamericana en 1951.

¿Qué pasó con los automóviles? Después de que se cerró el museo, algunos automóviles fueron llevados a distintos lugares para que continuaran en exhibición.

Actualmente, Chrysler mantiene un museo de arte, pero en cuanto a los autos, parece que el grupo Stellantis no tiene interés en reactivar algún proyecto.

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