Donald Trump es oficialmente el 47.º presidente en la historia de Estados Unidos. Ya que el tema aún es tendencia, vamos a hablar de quién será su acompañante durante los próximos cuatro años: su limusina, llamada La Bestia.
Si hacemos un recuento, Cadillac ha sido la marca preferida de quienes han habitado la Casa Blanca, aunque hay que recordar que Lincoln también ha sido parte importante de la historia presidencial. Tal vez el caso más recordado sea el del Lincoln SS-100-X utilizado por John F. Kennedy. Pero, durante más de un siglo, los presidentes han viajado en Cadillac, y el responsable de iniciar esta tradición tal vez fue Woodrow Wilson, quien utilizó una limusina Cadillac Serie 53 de 1916 durante un desfile en Boston para celebrar el fin de la Primera Guerra Mundial.
Woodrow Wilson en el Cadillac Serie 53 de 1916
A partir de ese hecho, varios mandatarios eligieron viajar en un elegante Cadillac, desde Roosevelt y Truman en los famosos convertibles apodados “Queen Mary” y “Queen Elizabeth” hasta el presidente Clinton en un Fleetwood Brougham.
La Bestia…
Pero hablemos de La Bestia. El nombre fue usado por primera vez para referirse a la limusina Cadillac que George W. Bush utilizó en 2001. Esta limusina es especial porque fue la primera diseñada por un equipo de investigación y desarrollo de General Motors en conjunto con el Servicio Secreto de Estados Unidos.
Lo propio hizo Donald Trump durante su primer mandato en 2017. El Servicio Secreto encargó a General Motors una limusina que le costó al gobierno unos 15 millones de dólares. Cuando su período terminó, en 2021, Joe Biden heredó el vehículo. Ahora que Trump regresó a la presidencia, volverá a usar La Bestia.
Este automóvil es uno de los más seguros del mundo. Para empezar, tiene un motor Duramax turbodiésel de 8 cilindros y 6.6 litros, que ofrece entre 300 y 330 caballos de fuerza, brindándole mucha estabilidad en distintos terrenos.
El blindaje de aluminio y titanio tiene un grosor de 20 cm, y sus ventanas también son extremadamente gruesas: están compuestas por cinco capas de vidrio y policarbonato. Para evitar que alguien pueda ingresar al vehículo, las ventanas solo pueden bajarse 7 cm. Además, sus llantas, gracias a la tecnología run flat, pueden recorrer hasta 100 kilómetros aunque estén desinfladas.
En el interior, el presidente y su acompañante cuentan con amplia protección contra incendios y contra algún atentado bioquímico.
La limusina mide 5.5 metros de largo y tiene un peso estimado de entre 6,800 y 9,000 kilogramos ¡toda una Bestía!