Durante las primeras horas de la mañana del 28 de septiembre del 2000, Porsche presentó a la prensa mundial el prototipo Carrera GT en París, Walter Röhrl fue el encargado detrás del volante, quien, bajo la lluvia, conducía el nuevo modelo de Porsche en la plaza Charles-de-Gaulle, más conocida como la plaza de l'Étoile.
La presentación fue todo un espectáculo, cuyas fotos nos hacen testigos de la sensación que causó a los fanáticos el desfile del prototipo Carrera GT escoltado por motoristas de la policía francesa, una postal para la prosperidad.
Ese deportivo, con un potente motor V10, era una visión desarrollada a partir de los elementos de un nuevo coche de competición destinado a competir en las 24 Horas de Le Mans. El Carrera GT fue -en su momento- la propuesta de la marca entre el mundo de la competición y la producción en serie, un modelo que entonces decidió desarrollar hacia la creación de un modelo de calle, manteniendo el espíritu y la tecnología de la pista. Así nació el Carrera GT: un automóvil con subchasis en fibra de carbono, embrague cerámico, caja de cambios manual y un diseño descapotable, toda una obra de arte automotriz.
Veinte años más tarde, en octubre de 2020, Porsche celebró el aniversario de esta presentación, esta vez en la plaza de París en Berlín, Alemania. Los transeúntes que pasaban por el lugar no pudieron evitar detenerse a admirar las líneas atemporales del auto, su baja silueta, y ese equilibrio perfecto entre fuerza y elegancia que solo los grandes diseños logran mantener a lo largo del tiempo.
Presentación en Alemania
Su producción estuvo limitada a 1.270 unidades entre 2003 y 2006, por lo que es un objeto de deseo para coleccionistas y una pieza clave en la historia de Porsche. Fue el modelo que cerró una era analógica antes del avance definitivo de los sistemas electrónicos de asistencia a la conducción. Su dirección sin asistencia, su caja manual y la necesidad de dominar su exigente comportamiento lo convierten en uno de los últimos grandes deportivos “puros”.
A más de dos décadas de su debut, el Carrera GT sigue siendo una referencia de ingeniería, una máquina que encarna la esencia de la conducción deportiva y que mantiene vivo el legado de Porsche en la frontera entre la tecnología de competición y la experiencia del usuario.